Las mujeres de la frontera - 27 de Octubre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 585612506

Las mujeres de la frontera

Esa fue la amenaza que, a comienzos de 2012, recibió la abogada Analí Briceño, en su oficina en el Servicio Jesuita Migrante (SJM) de Tacna. La advertencia se la hizo uno de los "coyotes" del terminal de buses: un hombre que se hacía llamar Johnny, que había sido paramilitar en Colombia y que había llegado a Perú pidiendo refugio en 2012. Un hombre que ahora se ha convertido en uno de los "jaladores" de inmigrantes que dominan el terminal de buses de Tacna. Que les ofrecen a los viajeros que fueron rechazados en el control fronterizo de Chacalluta, cruzarlos a Chile por pasos no vigilados.

Entonces Analí Briceño, una abogada de 26 años, estaba a cargo de la coordinación de la oficina que el Servicio Jesuita Migrante había abierto en Tacna un año antes. Para ella la amenaza fue sorpresiva. A Johnny lo conocía bien. Fue uno de los primeros inmigrantes que se acercó a la oficina cuando empezó a funcionar.

-Vino a pedir orientación y después traía a compatriotas suyos para que los ayudáramos. Era un tipo bastante carismático y se mostraba preocupado por nuestro trabajo, jamás hubiéramos sospechado a lo que se iba a dedicar después. Y menos pensamos que Tacna se convertiría en un lugar peligroso y duro para los inmigrantes.

El rebote inmigrante

Una mujer morena con un pantalón apretado y una camiseta roja está sentada en las afueras de una agencia de envío de dinero en avenida San Martín en Tacna. Su pelo negro está tomado en moño, sus cejas delgadas se delinean oscuras sobre una mirada con ojeras y sus uñas tienen el barniz descascarado. Dice que se llama Lucía, pero se niega a dar su apellido. Es colombiana: viene de Dagua, una ciudad del sur del Valle de Cauca, cerca de Cali. Es joven: tiene un poco más de veinte años. Está cansada: llegó hace cuatro días a Tacna y ha intentado dos veces cruzar la frontera hacia Chile, pero la policía le ha rechazado su ingreso en el paso de Chacalluta.

-Me han rebotado dos veces. Mire, me piden documentos y me preguntan por qué voy a Chile. Les muestro el dinero que tengo y les digo que mi hermana está en Antofagasta, les doy su número, pero no me escuchan, no me dejan entrar.

Lucía, quien asegura haber dejado su trabajo en un salón de belleza en su ciudad, ya se gastó gran parte del dinero que traía: un poco menos de 300 dólares. Con ayuda de la oficina del Servicio Jesuita Migrante, consiguió un alojamiento cercano al terminal de buses y colectivos internacional. Ahí paga cinco dólares. El resto del dinero se ha ido en comida y en los pasajes.

-El primer día, después de que me negaron la entrada, en el terminal una mujer me habló de un trabajo donde podía hacer dinero, porque tenía buen cuerpo. No quise escucharla. Sabía de qué se trataba. Yo no vengo para eso.

Antes de viajar de Colombia, a Lucía le habían advertido de que sería difícil cruzar la frontera chilena. Una amiga que hizo el viaje antes le habló de un peruano que podía ayudarla a pasar la frontera por un paso sin policías. Ayer, después de su segundo rechazo, habló con él. El hombre le explicó el sistema y le pidió 400 dólares.

Esa misma noche llamó a su madre en Dagua.

Ahora Lucía está esperando que ella le envíe el dinero que le falta.

-En el Servicio Jesuita Inmigrante me hablaron de los jaladores, me dijeron que eran peligrosos. Yo nunca les dije que tenía un contacto. ¿Para qué? ¿Para que me aconsejen regresar de donde vengo? Viajé casi cinco días desde Dagua hasta Tacna y cuando me negaron la entrada me dio rabia. Yo no puedo volver a mi ciudad. No quiero volver a ser rebotada ahora que estoy tan cerca. Y si hay que caminar en el desierto, no tengo miedo.

El término "rebote" comenzó a hacerse común en Tacna a mediados de 2012. Lo utilizaban los mismos inmigrantes que eran impedidos de entrar a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR