Mujeres que escriben para mujeres
Este claro predominio de la ficción escrita por mujeres hace preguntarse a muchos si estamos ante una tendencia editorial nueva o, por el contrario, reitera un cuadro que se da cada cierto tiempo. Que en este momento haya seis títulos escritos por mujeres en el listado de ficción no necesariamente habla de un fenómeno inédito. "Yo creo que es pura coincidencia", señala Andrea Viu, editora de Alfaguara. "Siempre han existido libros escritos por mujeres y en este caso tres de los diez del ranking son de la misma autora, porque se trata de una saga, como si fuera un solo libro. Eso ya es raro".
Quienes creen más bien en el eterno retorno femenino, pueden extraer argumentos para su causa revisando, por ejemplo, el ranking de los libros más vendidos hace diez años. Allí se comprueba que entre los diez títulos de ficción que dominaron el 2003 había tres escritos por mujeres. Dos de ellos eran de Isabel Allende ("La ciudad de las bestias" y "El reino del dragón de oro"). Cinco años antes, en el top ten de 1998, a los ya habituales nombres de Marcela Serrano y Elizabeth Subercaseaux se agregaban los de Rosa Montero ("La hija del caníbal") y Barbara Wood ("Armonía rota"). ¿Qué pasó con Isabel Allende? Ese año encabezó el ranking de no ficción con "Afrodita".
El traductor y editor Óscar Luis Molina se remonta mucho más atrás para explicar esta tendencia. "Yo creo que es la norma -dice-. Si uno mira la historia de las novelas, desde fines del XVIII siempre estuvieron vinculadas a las mujeres". En Inglaterra, recuerda, Samuel Richardson se hizo inmensamente popular con "Pamela o la virtud recompensada", una interminable novela epistolar por entregas destinada a entretener y moralizar al público femenino. Luego fueron las propias mujeres las que tomaron la pluma, con un acento más emancipador, destacándose nombres como los de Mary Wollstonecraft, Jane Austen, las hermanas Brontë y George Eliot.
Hubo, en forma paralela, una multitud de libros creados para llenar el tiempo de los pasajeros, sobre todo mujeres, que viajaban en tren. "Novelas ligeritas escritas por una multitud de mujeres en su mayoría, porque era un oficio que les permitía trabajar en casa. Ellas generaron centenares de novelas, leidísimas. Ninguna pasó a la historia de la literatura, pero formaron un caldo de lectoras, una masa de mujeres que a su vez leían a sus hijos, lo cual es un dato fundamental. Se ha estudiado que cuando empieza a crecer el público femenino es el primer indicio de que se está estableciendo un público lector estable", observa Molina.
Demostración contemporánea de esta gravitación son los clubes de lectura que hay en Estados Unidos, mayoritariamente femeninos, sobre los que ejercen una influencia decisiva líderes de opinión como...
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