Mujeres en economía: ¿Cómo andamos por casa? - 29 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 726231725

Mujeres en economía: ¿Cómo andamos por casa?

La ciencia económica ha descrito por décadas el fenómeno de la discriminación con un foco particular en la inserción de las mujeres en el mercado laboral y en espacios de poder. Algunos economistas creen que estas discriminaciones desaparecen solas, producto de la acción del mercado, pues ahí primaría el mérito y la eficiencia. Otros creen que se necesita de regulaciones para repararlas, por ejemplo, de cuotas transitorias en algunas posiciones de poder.

En lo que sí parece haber bastante acuerdo es en que regulaciones como la exigencia de proveer servicios de sala cuna a las empresas que contratan a 20 o más trabajadoras y las normas del Régimen de Sociedad Conyugal limitan el desarrollo laboral y la autonomía de las mujeres. También hay acuerdo en que con ello el país pierde en productividad y equidad.

Dada la relevancia que la profesión le da a una mayor incorporación de la mujer en la economía, cabe preguntarse: ¿Cómo andamos por casa?

Si bien no hay estadísticas centralizadas de qué porcentaje de los economistas que se gradúan año a año en el país son mujeres -sin duda, una tasa bastante baja-, es evidente que hay pocas mujeres formándolas y, por tanto, sirviendo como mentoras.

Por ejemplo, de acuerdo a información en sus respectivas páginas web, entre las escuelas de Economía de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica, el Centro de Economía Aplicada de la Chile y las escuelas de Gobierno y Negocios de la Adolfo Ibáñez, hay 87 economistas académicos trabajando en jornada completa. Solo 14 son mujeres y apenas tres de ellas son profesoras titulares.

La carrera de economía puede no parecer atractiva para las mujeres por diversos motivos. Por una parte, está el techo de cristal que dificulta que las mujeres lleguen a la parte más alta de la jerarquía. Estudios recientes muestran que la brecha de género en la promoción académica ha ido desapareciendo en las ciencias sociales, excepto en economía. De hecho, sería más difícil avanzar en economía que en estadística, física o ingeniería.

Asimismo, además de la escasez de mentoras para las alumnas, se trata de una ciencia social intensiva en el uso de las matemáticas. Por razones culturales, las mujeres tienden a rehuir las matemáticas aun cuando no hay evidencia de que sean menos capaces en el área.

También, a mi juicio, la manera en que la economía -en particular, el modelo neoclásico- describe el proceso de toma de decisiones y el comportamiento humano tiene un dejo masculino...

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