En moto por el volcán Sollipulli - 7 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 527064190

En moto por el volcán Sollipulli

Aunque la temporada de nieve ya está en su etapa final, un manto blanco aún cubre todo el sector y, según indica el tiempo, se aproxima una nevada. Como sea, antes de salir es imprescindible abrigarse bien y que la ropa sea impermeable, además de llevar guantes y lentes de sol. Una vez que estamos listos, nos dirigimos hacia una especie de garaje que está frente a los domos, donde nos esperan ya preparados Cristián Gibson, dueño de Nevados, y su hijo Robert. Frente a nosotros hay dos cuatrimotos Bombardier de última generación, las que nos ayudarán a ascender sobre la nieve gracias a sus potentes orugas (en verano, estas son reemplazadas por ruedas). Cada uno recibe su casco de seguridad y nos preparamos para la charla. En esta ocasión iremos en parejas, ya que Cristián y Robert serán nuestros guías (según el conocimiento y capacidades de cada persona, también está la opción de ir en solitario).

Instalados arriba de las motos, nos aferramos con determinación a las rejillas que sobresalen en cada costado. Cuando falta poco para el mediodía, partimos por el camino principal. Robert va a la cabeza y Cristián lo sigue. Bordeamos lentamente la laguna que se encuentra en la entrada de Nevados y pronto tomamos el desvío a mano izquierda, claramente señalado por el letrero que indica el ingreso a terreno privado, y nos internamos en el bosque nativo. Desde aquí, la nieve ya empieza a ser mucho más notoria y aunque el barro aún es abundante, se siente el cambio en el terreno. Para ser primerizos en el mundo de las motos, la actividad no provoca ningún temor y el frío que golpea en la cara resulta ser muy vigorizante. Los primeros metros, a baja velocidad, son ideales para acostumbrarse al salto de las máquinas, al barro que salpica la ropa (algo que cambiará una vez que entremos completamente en la nieve) y para aprender a posicionar bien las manos para un mejor agarre.

Muy pronto tenemos el primer hito en nuestra ruta: un ruido ensordecedor nos anuncia un enorme salto de agua rodeado por araucarias y coigües, que parece caer desde el cielo. Aunque nosotros la exploraremos a la vuelta, basta bajarse de la moto e internarse en medio de los árboles en dirección al agua y, con mucho cuidado, pasar sobre las piedras que se encuentran en el camino. La cascada, entonces, surge completa ante los ojos del visitante. El ruido y el rocío sobre nuestras caras es espectacular.

Volvemos a las cuatrimotos y seguimos avanzando entre los árboles, cada vez sobre más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR