Mordiendo el polvo - 26 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 579137530

Mordiendo el polvo

Son los resabios que dejó el paso incontrolable del barro y rocas provocados por el desborde del río El Salado el 25 de marzo pasado, debido a las fuertes lluvias en la precordillera.

Pese a ser potable, a Mariana no le da confianza y prefiere gastar casi 20 mil pesos mensuales en agua embotellada para beber. La que extrae del estanque es para lavar y cocinar.

Las autoridades han prometido que el 31 de julio habrá 10 horas de suministro hídrico en la comuna. Pero para la mujer, "en Diego de Almagro se ha avanzado muy poquito" y solicita que "la ayuda llegue pronto, porque si las platas fueron enviadas, estas fueron mal invertidas".

No es la única que lo piensa.

En una esquina, como casi todos sus vecinos, Erick Merino sigue limpiando lo que fue su casa. Dejó su trabajo y lleva más de 100 días sin parar recogiendo basura y hasta durmientes de la línea del tren que terminaron en su propiedad.

-Me tomó 30 años tener el sueño de la vivienda y en menos de una hora lo perdí todo.

Luego de 22 camionadas de barro, espera por fin esta semana tener su terreno despejado para tratar de reconstruir. Sin ayuda, porque como es separado no tuvo derecho a optar al bono para adquirir enseres.

Otro sector de la "zona cero" en Diego de Almagro es la población 4 de octubre. En una de las decenas de casas destruidas por el barro, Alba Gómez ha sacado 70 centímetros de lodo desde la vivienda que es tanto su casa como su negocio. Alrededor, decenas de cajas de mercadería que perdió permanecen arrumbadas, junto al horno en el que hacía empanadas. Logró reabrir hace una semana el quiosco, pero para su dueña la situación no ha cambiado mucho.

-La gente no compra, porque tiene poca plata.

Además de la falta de agua y el negocio cerrado, su esposo enfermó luego que le picara un mosquito en su ojo y éste se infectara. ¿El futuro? Lo ve incierto por la demora en la ayuda y porque las cuentas siguen y los ahorros se acaban.

Las quejas de El Salado

A varios kilómetros de ahí, en la localidad de El Salado, Edmundo García también se siente abandonado a su suerte.

-Acá cada día está peor la cosa. Luego de lo ocurrido en el volcán en el sur nos olvidaron.

La catástrofe dejó casi medio poblado quedó destruido y decenas de casas desaparecieron bajo el agua. Donde antes estaba la suya, en la Villa Alborada, hoy hay un peladero. Y se queja que en la emergencia faltó mucha comunicación, que habrían alcanzado a salvar unas cuantas cosas...

También perdió su trabajo, ya que el río se...

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