Sobre monumento en honor a don Luis Emilio Recabarren. - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914508453

Sobre monumento en honor a don Luis Emilio Recabarren.

Fecha02 Enero 2007
Número de Iniciativa4789-04
Fecha de registro02 Enero 2007
EtapaTramitación terminada Ley Nº 20.618 (Diario Oficial del 08/09/2012)
MateriaLUIS EMILIO RECABARREN, MONUMENTOS
Autor de la iniciativaNavarro Brain, Alejandro
Tipo de proyectoProyecto de ley
Cámara Legislativa de OrigenSenado,Moción
PROYECTO DE LEY QUE AUTORIZA A ERIGIR UN MONUMENTO EN HONOR A DON LUIS EMILIO RECABARREN

PROYECTO DE LEY QUE AUTORIZA A ERIGIR UN MONUMENTO EN HONOR A DON LUIS EMILIO RECABARREN



I. Biografía


Dirigente obrero, fundador del Partido Comunista de Chile, Luis Emilio Recabarren Serrano nació en Valparaíso el 6 de julio de 1876. Su padre fue José Agustín Recabarren y su madre Juana Rosa Serrano; ambos eran pequeños comerciantes. Tuvo cinco hermanas y un hermano.


Realizó sus primeros estudios en la Escuela Santo Tomás de Aquino, de los salesianos, pero sólo pudo estudiar cuatro años.


La familia se traslada a Santiago, donde comenzó a trabajar como obrero tipógrafo en una imprenta, a la edad de 14 años.


Entrando en la adolescencia, debió integrarse al mundo laboral para ayudar a sus padres. Comenzó a trabajar en 1890 en un pequeño taller, labor que puso a su alcance variada literatura, especialmente política y filosófica.


En 1894, cuando tenía 18 años, se incorporó a las filas del Partido Democrático de Chile, que en esos años representaba a los sectores más avanzados, y agrupaba principalmente a obreros, artesanos y unos cuantos profesionales. Era la única organización política popular de aquella época.


Recabarren fue adquiriendo un gran prestigio dentro del Partido. En 1899, fundó su primer periódico, La Democracia, donde comenzó a dar prueba de sus grandes cualidades como periodista.


En la Convención de 1901 se produjeron varias escisiones dentro del Partido Democrático, y Recabarren representó al sector socializante; por otra parte estaban los mutualistas (o sindicalistas) y los oportunistas.


En 1903, los demócratas lograron un importante éxito electoral al obtener diputados en Valparaíso, Santiago y Concepción. En el puerto obtuvieron también el control de la municipalidad.


Para los sectores tradicionales, esta victoria resultó inaceptable. Acusaron a Recabarren de fraude electoral y estuvo en la cárcel durante tres meses, hasta que fue absuelto.


Ese mismo año, Recabarren presidió la Comisión Organizadora del Congreso Social Obrero, convocado por los sindicalistas. En aquella ocasión tomó contacto con Gregorio Trincado, fundador de la Mancomunal de Tocopilla, quien le propuso trasladarse a esa zona para dirigir un periódico sindicalista.


Recabarren se hizo cargo de la dirección del periódico El Trabajo. A causa de la publicación de duros artículos que criticaban la situación de la clase obrera en el norte, sufrió nuevamente prisión durante ocho meses.


En 1905 se radicó en Antofagasta, donde publicó el periódico La Vanguardia.


Ese mismo año, el Partido Democrático le proclamó candidato a diputado, obteniendo su acta, pero al negarse a jurar su cargo por Dios, no le dieron su escaño. Las elecciones se repitieron, volvió a ser elegido, pero la Cámara no aceptó el resultado.


Con un pequeño grupo de partidarios de su posición, Recabarren fundó ese mismo año el Partido Demócrata Doctrinario, que se declaró demócrata y socialista. Inmediatamente, creó el periódico La Reforma.


En octubre de 1905, los tribunales dictaron sentencia en contra de Recabarren, condenándole a 541 días de cárcel en un monstruoso proceso, que lo condenó por ser dirigente de la Mancomunal de Tocopilla y escribir en su periódico.


Decidió cruzar Los Andes clandestinamente y establecerse en Buenos Aires, donde trabajó en una imprenta y participó activamente en el movimiento sindical y se incorporó a las filas del Partido Socialista argentino.


Se encontraba en aquella ciudad cuando ocurrió la masacre de la Escuela Santa María de Iquique el 21 de diciembre de 1907, un golpe brutal que debilitó notoriamente al movimiento obrero.


Escribió varios artículos en La Vanguardia, periódico del Partido Socialista argentino, que fueron reproducidos por La Voz del Obrero de Taltal. En uno de estos, aparecido el 13 de enero de 1908, planteó la necesidad de la creación del partido revolucionario de la clase obrera chilena.


En 1908 viajó a Europa, recorriendo España, Francia y Bélgica, y a fines de ese año regresó a Chile.


A su regreso, fue detenido y encerrado en la cárcel de Los Andes durante 18 meses, donde cumplió su condena hasta agosto de 1909.


Tras ese período, se publicaron en 1910 sus escritos, entre ellos: Ricos y Pobres en un Siglo de Vida Republicana y Mi Juramento.


En 1911 se radicó en Iquique y fundó el Partido Obrero Socialista (POS); además, creó el periódico El Bonete, de carácter anticlerical. Mucho más importante fue otro periódico, El Despertar de los Trabajadores, el principal de los once periódicos que creara, cuyo primer número apareció el 16 de enero de 1912. Desde sus páginas planteó la necesidad del partido revolucionario. Por ejemplo, en la edición del 21 de mayo, llama a que fundemos aquí el formidable pedestal del Partido Socialista de Chile.


En 1914, Recabarren se unió a Teresa Flores, obrera del Norte, con la cual compartió la actividad revolucionaria y también formó parte del comité Ejecutivo fundador del Partido Obrero Socialista.


En 1915 fue candidato a diputado por Antofagasta pero esta vez fue derrotado por el fraude caciquil. Se trasladó a Valparaíso y permaneció en el puerto hasta comienzos de 1916, cuando hizo una gira hacia el Sur hasta Punta Arenas.


En 1918 viajó de nuevo a Argentina y participó en la fundación del Partido Comunista Argentino, formando parte de su primera Dirección Nacional.


A su regreso a Chile, intervino en el III Congreso del POS, que acordó iniciar gestiones para incorporarse a la Tercera Internacional y cambiar su nombre por Partido Comunista de Chile.


Recabarren fue designado como candidato a la presidencia de la República en 1920, año que lo sorprendió en la cárcel, por lo que logró un escaso apoyo electoral.


Sin embargo, al año siguiente fue elegido diputado por Antofagasta. En el Congreso declaró representar a los peones de la pampa del salitre.


Pronunció también su primer discurso parlamentario, posteriormente publicado con el título Los Albores de la Revolución Social.


En 1921, participó en el congreso en Rancagua, donde su intervención fue decisiva para que la Federación Obrera Chilena y el Partido Obrero Socialista se afiliaran a la Internacional Comunista y un año después (1922) se transformaran en el Partido Comunista. Posteriormente, viajó a la URSS para participar en el IV Congreso de la Internacional Comunista. Regresó a Chile en febrero de 1923.


En 1924, no aceptó presentarse a la reelección de diputado. A las 7 de la mañana del 19 de diciembre de ese año se suicidó, a la edad de 45 años.


Recabarren es el más grande educador de masas de la histora de Chile. Utilizó la prensa, los grupos de teatro, las charlas, los discursos, los folletos, los libros y las conversaciones personales, para educar, unir y organizar a la clase obrera en un partido revolucionario.


II. Su legado político


Para facilitar un análisis objetivo de la labor política de Recabarren, es necesario hacer un breve análisis de la época anterior al inicio de su lucha.


Después de obtenida su independencia de España, Chile poseía, en el orden económico, un cierto desarrollo de economía minera, basado en la extracción del cobre y de la plata, y otro de producción agrícola, de zona templada, representado por el trigo.

A pesar de los esfuerzos chilenos encaminados a lograr una economía independiente, Chile quedó bajo el dominio de los ingleses, quienes en la década de los años setenta se habían apoderado de la industria salitrera -convertida en la columna vertebral de la economía chilena-, de la marina mercante, del sistema financiero-bancario, de la comercialización de los productos de importación y de las manufacturas que exportaban los chilenos. Además, mantenían subordinados el Estado chileno a sus intereses por medio de los empréstitos y los créditos que le facilitaban. Con todo esto, le impusieron un carácter neocolonial a la economía chilena.(1)


La mayor parte de las clases trabajadoras chilenas estaba integrada por trabajadores rurales. De éstos, los elementos desarraigados buscaban ocupación en el poblamiento de nuevas tierras en el interior del país o en la activa explotación minera de la época.

La clase obrera, surgida en la segunda mitad del siglo pasado, se dedicaba fundamentalmente a actividades mineras, portuarias y ferroviarias, esto debido a que surgió principalmente vinculada a la industria salitrera, dirigida y estimulada por los ingleses, que habían convertido dicha industria en un enclave minero. Porque en Chile existían los únicos yacimientos de salitre natural en el mundo, producto que en la época gozaba de gran demanda por sus condiciones como fertilizante.


Los obreros chilenos, al igual que los campesinos y artesanos de los cuales provenían, eran objeto de la más brutal explotación, materializada en condiciones de vida infrahumanas, como las jornadas de trabajo diarias que oscilaban entre dieciséis y dieciocho horas; la ausencia de descanso dominical; los salarios de hambre, pagados en vales o fichas que sólo servían en las pulperías, (2) donde era forzoso comprar mercancías a un alto precio; la alimentación deficiente; el vestuario inadecuado; la vivienda impropia para seres humanos; la imposibilidad de acceso a la cultura y la falta de una legislación protectora en caso de cesantía., vejez o muerte. (3)


La explotación de los obreros...

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