Montaje madre coraje: ensamble de significaciones. - Núm. 43, Junio 2007 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 634506769

Montaje madre coraje: ensamble de significaciones.

AutorJara B., María José

Introducción.

El teatro de principios del siglo XX es un teatro que se posiciona entre dos guerras mundiales, sucesos tremendamente importantes para dar cuenta de un cambio en el sistema de pensamiento del mundo entero, en las aspiraciones de los dramaturgos para responder a la escena mundial y para establecer discusiones con respecto al concepto de modernidad que viene a marcar la experiencia humana en todas sus formas de acción. Dentro de este panorama, se instala Bertolt Brecht no sólo como creador de un teatro renovador, sino como poseedor de una teoría que procura trascender los escenarios y hacer de la vida, un espacio para re-crearse.

El teatro brechtiano es un teatro que colinda con las vanguardias artísticas alimentándose de ellas y a la vez superándolas, ruptura que es sintomática de la violencia cultural que marca los diversos movimientos artísticos en su política revolucionaria -siendo en este sentido la metáfora vanguardista, precisa-. Es también cercano a las vanguardias el tratamiento del montaje, en su desarrollo de un teatro épico, en oposición con la estructura dramática clásica -esto es, aristotélica- y el desarrollo de una teoría que aúna arte y praxis vital. Sin embargo, Brecht no se limita al afán rupturista con el realismo precedente, sino renueva la manera en la que es posible concebir tanto el texto dramático como la puesta en escena y la consecuente impresión sobre el espectador, sin serie necesario prescindir de los referentes realistas, sino más bien, dejando claro que es posible encontrar todo un nuevo potencial en ellos para un fin político determinado. Para esto, los métodos de aleccionamiento que posibiliten el distanciamiento son esenciales.

Pensando en la búsqueda de estos métodos y en el diálogo que supone con otras manifestaciones artísticas, es interesante dar cuenta de la relación que existe con una de esas formas de expresión que también ve su nacimiento en esta época y que tiene al montaje como uno de sus ejes estructuradores: el cine.

Específicamente, para este caso, la teoría cinematográfica del realizador soviético Serguéi Eisenstein y su noción de "montaje intelectual" y "de atracciones".

Es por medio de ambas "teorías del realismo' [1] que es posible entender el efecto que se quiere alcanzar, ese efecto que Brecht llamó "efecto V", y que es un precedente para este cine también.

Establecer el vinculo entre el teatro y el cine, para esta mirada, permite enriquecer la lectura de Brecht y de la obra a profundizar: Madre Coraje y sus hijos [2]. El objetivo de este análisis pasa por la definición del concepto de montaje y de su importancia tanto a nivel estructurador como a nivel de sentido, en tanto los demás personajes (especialmente Katrin y uno de los hombres que acompañan a Madre Coraje, el Capellán) son "montados" en relación a la protagonista, es decir, forman parte de historias que corren paralelas y que posibilitan la distancia que se persigue. De todas maneras -es necesario precisar- el enfoque va puesto en el teatro de Brecht, siendo Eisenstein un referente, ya que es el teatro, en su riqueza, el tema de este seminario.

El montaie en Madre Coraie: Ensamble de siqnificaciones.

Montaje.

El teatro aristotélico tiene sus unidades de tiempo, espacio y acción rigurosamente delimitadas. La acción debe ser creciente, en un acontecimiento lineal que se da al espectador en su totalidad, sin ningún tipo de intervención por parte de él para enriquecer la obra. Para Brecht, esta pasividad es infructuosa, no permite al espectador desarrollar su potencial crítico y creador. El procedimiento para dejar atrás la pasividad es el montaje: las escenas no suceden linealmente, más bien son aisladas y dejan de ser referente necesario de las otras. Esta falta de condicionamiento obliga (en este sentido, violentamente) al espectador a realizar mentalmente la síntesis de las imágenes, incluso frente a los saltos que determinan el curso de la acción.

Es imposible (y en este caso, enriquecedor) no ligar al montaje, en tanto elemento estilístico, al cine. Es el montaje el que posibilita esta "expresión indirecta del tiempo" [3] (y del espacio en una relación metonímica).

Gracias al montaje es posible comprimir el tiempo sin afectar su continuidad lógica: un filme muestra espacios máximos de tiempo en un mínimo de duración. Inversamente, el montaje es capaz de trastocar toda lógica temporal, en saltos similares a los narrativos y que son parte de la técnica surrealista. De hecho, la idea de montaje caracterizó a todas las vanguardias artísticas. Pensando en el dinamismo, la asociación...

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