Hasta el 'monstruo del lago Ness' toma partido
La tercera ciudad escocesa se mira en el espejo de Noruega, con la promesa de crear un "fondo" con el petróleo del Mar del Norte que sirva de garantía para las próximas generaciones. Escocia tiene el 60% de las reservas de crudo de la UE. Se estima que en los próximos 30 años se podrían extraer hasta 24 mil millones de barriles. El primer ministro escocés, Alex Salmond, acusa al gobierno británico de dilapidar los recursos naturales de Escocia. El oro negro, asegura, es el mejor cheque en blanco de la independencia. Pero la industria, con la empresa BP a la cabeza, ha cerrado filas con Londres y considera que sus intereses están "mejor servidos dentro del Reino Unido".
B raveheart
William Wallace, el mítico Braveheart , no perdió ocasión de contar la crueldad del enemigo inglés cuando lo capturaron en 1305 y lo juzgaron por "alta traición". En 1314, Robert I, sucesor de Wallace en el corazón y en la espada de los escoceses, se impuso con 6.500 hombres a las tropas inglesas, tres veces más numerosas. El lema de aquella batalla -"contra viento y marea"- ha sido invocado por Salmond como metáfora del referéndum.
C onnery
Dicen que los Servicios de Inteligencia podrían estar en Edimburgo estos días, tramando cómo evitar la ruptura del Reino Unido. Y, sin embargo, James Bond, que nunca tuvo ataduras, se ha erigido en uno de los grandes defensores de la independencia. Sean Connery lleva medio año pidiendo a los escoceses que no dejen escapar esta "bonita oportunidad". El actor Alan Cumming y el escritor Irvine Welsh ("Trainspotting") se han apuntado también a las filas del "sí". Aunque el segundo James Bond por excelencia, el inglés Roger Moore, ha desempolvado la pistola en defensa del "no".
D arling
Alistair Darling no se conforma con el papel de segundón y se ha convertido en el malo de la película. Al frente de la campaña unionista Better Together (rebautizada popularmente como "Proyecto Miedo"), el ex secretario del Tesoro laborista se ha convertido en el blanco de todas las iras. Los conservadores le llaman poco menos que "traidor" y le culpan de la debacle del "no" por la fuga de votos de los laboristas.
E dimburgo
La cuna de la Ilustración escocesa es un hervidero incesante de turistas. Las banderas escocesas son el souvenir más socorrido, desde los calzoncillos hasta los paraguas. En pubs como El Fin del Mundo, las tertulias giran inevitablemente en torno al "sí" y el "no".
F rontera
Érase una vez Berwick-Upon-Tweed... Esta pequeña ciudad como de cuento de hadas fue escocesa y después inglesa. Hasta 10 veces ha cambiado de bando a sangre y fuego, hasta que en 1482 fue capturada por los ingleses. El deseo de ruptura y perspectiva de una barrera fronteriza y una aduana es casi cero. El laborista Ed Miliband ha advertido acerca de que una de las primeras consecuencias del "sí" serán las demoras en los puestos fronterizos.
G lasgow
La segunda e irreverente ciudad escocesa -primera por número de habitantes, 600 mil- ha robado el protagonismo a Edimburgo gracias a los Juegos...
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