Momento de actuar - 5 de Febrero de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 895880319

Momento de actuar

H ace unos 30 años, los humedales eran espacios que tendían a relacionarse con pantanos, malos olores, lugares desaprovechados e inútiles que más valía rellenar, construir, urbanizar. Pero cuánta desinformación había detrás de esa visión que, por fortuna y pese a que queda mucha labor por delante, ha ido cambiando de manera paulatina, para tomar conciencia de que se trata de ecosistemas que son más que bonitos paisajes y representan una oportunidad para potenciarlos como áreas naturales con muchísimos beneficios.Los datos no se discuten: según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el 40% de las especies viven o se reproducen en humedales. Suministran la mayor parte de agua dulce y la depuran de manera natural, filtrando sus contaminantes. Amortiguan las sequías. Permiten la recarga de aguas subterráneas. Capturan gases de efecto invernadero y algunos de ellos almacenan el doble del carbono terrestre que los bosques. Minimizan los riesgos de desastres: cada hectárea puede absorber más de 5,6 millones de litros de aguas de inundaciones y marejadas. Son fuentes de materia prima, alimentación, combustible, fibra vegetal. Tienen valores paisajísticos, patrimoniales, sociales, culturales. Pueden ser espacios de educación, recreación y turismo... Si todas estas bondades se traducen a cifras, los servicios que prestan estos cuerpos de agua en el mundo están avaluados en US$ 47 billones al año; son el segundo ecosistema más productivo del planeta.Chile es un país rico en humedales: el Ministerio del Medio Ambiente ha registrado 70 mil entre Arica y Punta Arenas, y aún quedan zonas que no se han terminado de catastrar. Ese número corresponde a 5,6 millones de hectáreas, el 7,4% del territorio. Y de ese total, alrededor de 1.500 se ubican en zonas urbanas.Pero en su mayoría están desprotegidos y, al igual que en tantas otras latitudes, han sido descuidados. Mientras algunos se han secado (caso emblemático es la laguna Aculeo), en otros se han advertido cambios en la vegetación y en el hábitat silvestre, en la cantidad y calidad del agua, y gran perturbación de la fauna. Sin contar los que se han convertido en basurales, han sido rellenados o han desaparecido por la expansión de las ciudades. Y el alto nivel de amenazas no cesa, por diversos motivos, según enumera el economista Juan José Donoso, jefe de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente y director nacional del Proyecto GEF Humedales...

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