Los modos mítico-poéticos de representación de la realidad en la escritura radrigreana. - Núm. 29, Enero 2004 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56656783

Los modos mítico-poéticos de representación de la realidad en la escritura radrigreana.

AutorD
CargoJuan Radrig

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Proponemos una lectura de la obra de Juan Radrigán fundada en los modos mítico-poéticos de representación de la realidad como vertebradores de la estética contenida en la trilogía Hechos consumados, El loco y la triste y El toro por las astas.

Las obras seleccionadas para este estudio nos ponen en el escenario de una propuesta dramática que recoge los acontecimientos vividos en el país, en la década de los '80 durante la dictadura militar, encarnados en personajes marginales que, de acuerdo con el lugar en que se sitúan en la dimensión del decir y del hacer, logran un sentido trascendente, que enriquece y otorga un nuevo sentido a lo representado. En estas obras, se exponen aspectos críticos de una sociedad y de un nuevo orden establecido, a través de una mirada cuestionadora que reinterpreta la realidad e indaga en la capacidad de respuesta de un pueblo enfrentado a la peor crisis de su historia. La técnica utilizada por Radrigán en la alusión elíptica del contexto histórico nos obliga a completar los espacios de indeterminación que ofrece la lectura, precisando aquello que no está explicito en la obra, asumiendo como lectores una "actividad co-creativa" [1]. De este modo, nos hacemos cargo tanto de las voces del texto como de las del contexto en que se originan las fuentes de conflicto y tensión dramática. Las referencias vagas y generales a la crisis sociopolítica del país y el mundo contenido en lo no dicho, potencian el carácter metafórico y simbólico que van adquiriendo las obras en la medida en que el poder que origina la crisis no aparece como antagonista identificable.

Al tensionar la relación entre materia y espíritu, el entorno vital se haya escindido en dos niveles de realidad que organizan y jerarquizan la acción dramática. Por ello, nos enfrentamos a una lucha constante entre el ser y el querer ser, entre la realidad cotidiana, dolorosa y alienante, y las ansias, los sueños y las utopías que llevan a los personajes tras la búsqueda de valores, de una realidad y verdad trascendentes, que los aleje de lo inmediato, de su apremiante circunstancia de vida. Radrigán crea un espacio dramático de acercamiento del público al mundo popular del marginado con una visión ética, dignificadora, realista y critica. Para dar a conocer las problemáticas y las circunstancias de vida por la que atraviesan muchos chilenos, producto de la crisis institucional y económica que impera en el país, realiza una propuesta estética fundada en elementos poéticos que enriquecen las múltiples relaciones del texto con su propio referente y con los diversos elementos constitutivos del drama. Según P. Ricoeur [2] en el sentido de lo expresado, "el lenguaje poético es un lenguaje no confinado", liberado de los usos, restricciones y referencias intencionadas, usuales en otro tipo de discurso. No admite formas que lo repriman o nieguen la libertad de expresar y de expresión de lo inefable "... la forma de hablar del poeta queda liberada de la visión ordinaria del mundo solamente porque él mismo se libera para encontrarse con el nuevo ser que ha de llevar el lenguaje".

Nadie puede ignorar el contexto político-social que enmarca la obra de este autor, la actitud y el modo discursivo asumidos dependerán de dónde se sitúe en relación con el mundo de las objetividades y el de la ficción. En forma visionaria, construye un referente simbólico que le permite potenciar una multiplicidad de relaciones posibles, entre los códigos tanto implícitos como explícitos en los diversos contextos como, del mismo modo, promover lecturas que den cuenta de sus significaciones y sentidos. Con la construcción de este referente y la problematización de los contextos sociales, provoca un diálogo permanente entre el dato cotidiano, la contingencia inmediata y el sentido y el valor universal y trascendente que atraen.

La creación de nuevos códigos y la presencia de elementos mítico-poéticos como modos de representación de la realidad, junto a una concepción trágica de la vida definen un teatro que trasciende la sola referencialidad, proyectando sus textos como obras con valores poéticos asimilables a cualquier cultura. A pesar del cambio de las condiciones históricas de producción y que sus obras responden a la expresión de momentos de crisis social y cultural, se sigue percibiendo en ellas el sentido y el valor originarios en el clamor de cada uno de sus personajes. En este contexto, es necesario precisar cuáles son las opciones asumidas en la búsqueda metafísica de lo trascendente, en qué niveles se da y cómo se resuelve la tensión dramática en torno a la permanente oposición materia-espíritu. Para ello, se buscan respuestas en teorías que tienen que ver con los modos de representación de la realidad. En este caso, se indaga en la teoría del mito como una opción poética, asimismo, se intenta responder a interrogantes, tales como &cuál es la visión de mundo presente en la trilogía en estudio?, ¿qué sentido adquiere ésta en los modos de representación del mundo dramático? y ¿en qué medida logran los personajes populares de Juan Radrigán ser portadores de un mensaje con valor universal a través de una visión de mundo que tiene un sustento mítico- poético?

Como dice Lévi-Strauss [3], en un mito todo puede suceder, no existen reglas lógicas que regulen o determinen su existencia o funcionamiento, el mito puede tener múltiples formas y obedecer a las más diversas razones de coherencia posibles en su unicidad, "... sin embargo, estos mitos, en apariencia arbitrarios, se reproducen con los mismos caracteres y a menudo con los mismos detalles en diversas regiones del mundo". La gran interrogante que surge de aquí es, si el mito se origina en una sociedad, producto de una necesidad particular y su contenido está, por lo tanto, estrechamente vinculado con el hecho o situación que lo origina, si tiene un contenido "enteramente contingente" por qué es posible encontrar mitos tan parecidos en lugares tan distantes o remotos del mundo. Las diversas manifestaciones del mito y la existencia del mito en sí, se expresan como una necesidad y como un acontecer inherente en la cosmovisión del hombre y en los modos de representación de la realidad. J. Campbell [4] en una visión psicoanalítica del mito expresa: "En todo mundo habitado, en todos los tiempos y en todas las circunstancias, han florecido los mitos del hombre; han sido la inspiración viva de todo lo que haya podido surgir de las actividades del cuerpo y de la mente humanos. No seria exagerado decir que el mito es la entrada secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales y humanas". Esta mirada pretende explicar la presencia y permanencia de los mitos en la humanidad en todos los tiempos. El mito no tiene tiempo, no se refiere sólo y exclusivamente a acontecimientos remotos, porque forman parte de una estructura permanente que se refiere simultáneamente al pasado, al presente y al...

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