Modifica la ley N°18.892, General de Pesca y Acuicultura, para regular la realización de actividades de pesca extractiva y acuicultura en las áreas silvestres protegidas, reservas de la biósfera, áreas de desarrollo y territorios indígenas, en las condiciones que indica - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914517398

Modifica la ley N°18.892, General de Pesca y Acuicultura, para regular la realización de actividades de pesca extractiva y acuicultura en las áreas silvestres protegidas, reservas de la biósfera, áreas de desarrollo y territorios indígenas, en las condiciones que indica

Fecha17 Abril 2019
Número de Iniciativa12574-21
Fecha de registro17 Abril 2019
EtapaPrimer trámite constitucional (C.Diputados) Primer informe de comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos
MateriaACUICULTURA, AREAS SILVESTRES PROTEGIDAS, PESCA EXTRACTIVA
Autor de la iniciativaBernales Maldonado, Alejandro, Boric Font, Gabriel, Brito Hasbún, Jorge, Crispi Serrano, Miguel, Ibáñez Cotroneo, Diego, Rojas Valderrama, Camila, Winter Etcheberry, Gonzalo, Yeomans Araya, Gael
Tipo de proyectoProyecto de ley
Cámara Legislativa de OrigenCámara de Diputados,Moción

Modifica la ley N°18.892, General de Pesca y Acuicultura, para regular la realización de actividades de pesca extractiva y acuicultura en las áreas silvestres protegidas, reservas de la biósfera, áreas de desarrollo y territorios indígenas, en las condiciones que indica


Boletín N° 12574-21


  1. FUNDAMENTOS.


1. Contexto: La actividad salmonera y sus efectos nocivos en el medioambiente.


La problemática ambiental es de tal envergadura que necesariamente atraviesa la protección de la naturaleza como un valor en sí misma, así como la protección de la vida humana, y por tanto de los derechos fundamentales de las personas. Afirma en este sentido el Grupo de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre la Sostenibilidad Mundial: “Dado que la población mundial aumentará de 7.000 millones a casi 9.000 millones para el año 2040, y que el número de consumidores de clase media aumentará en 3.000 millones durante los próximos 20 años, la demanda de recursos aumentará exponencialmente. Para el año 2030 el mundo necesitará por lo menos un 50% más de alimentos, un 45% más de energía y un 30% más de agua – todo ello en un momento en que los límites del medioambiente imponen nuevos límites al suministro – [….] el modelo de desarrollo mundial actual es insostenible. No podemos continuar suponiendo que nuestras acciones colectivas no darán lugar a situaciones sin retorno en la medida que no respetamos los umbrales críticos del medioambiente, lo que puede causar daños irreversibles para los ecosistemas y las comunidades humanas”. Así señala Galdámez que desde la reflexión filosófica de Hardin, en su conocida obra “la tragedia de los comunes” lleva a una reflexión filosófica, económica, y jurídica, que se expresó en la Declaración de Estocolmo, frente a la cada vez mayor preocupación por la existencia humana y su relación con la naturaleza, exigiendo desde el derecho la inventiva para dar respuesta a las actuales exigencias en esta materia. 1

Desde esta reflexión, y la protección que el medioambiente y las personas reciben desde el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Medioambiente, es necesario detenerse a analizar el impacto medioambiental de la creciente industria salmonera en nuestro país.2


La industria salmonera genera ingresos al año 2016 según el INE3 por USD $5.007.696, de los cuales 85,2% fueron generados por exportaciones y ventas nacionales.4 Concentra su presencia principalmente en la Región de los Lagos, pero avanza con una cada vez más invasiva actividad en otras regiones como la de Magallanes y la Antártica Chilena. Para 2002 esta última región representaba el 1% de la producción nacional, lo que contrasta con el actual 12% que representa en la producción nacional. Así, la industria salmonícola nacional mantiene alrededor de 1.385 concesiones, concentradas en un 95% en las regiones X, XI y XII.


Según Escanilla, en Chile “(...) En el caso de la industria salmonera, su expansión se explica básicamente a raíz de la conjugación de una serie de factores económicos; el interés de la inversión privada, las características geográficas traducidas en ventajas comparativas, una disposición óptima del borde costero, alta calidad del agua (temperatura, pureza y corrientes marinas), estacionalidad contraria a la del hemisferio norte (en donde se concentran los grandes mercados de consumidores del producto), fuerza de trabajo abundante5 y a bajo costo, al igual que la harina y el aceite de pescado; componentes esenciales de la dieta de los salmónidos. Además, que en su primera etapa, la Ley de Pesca posibilitó el desarrollo de la industria desde el año 1991, y los reglamentos que la normaron en materia ambiental y sanitaria vieron la luz recién diez años después”.6


Dicho lo anterior, debemos destacar que la producción salmonera representa dos grandes riesgos: 1. De carácter sanitario, toda vez que el uso de antibióticos en el proceso productivo ha demostrado generar importantes efectos en la salud pública; 2. De carácter medioambiental, toda vez que los salmones depredan los peces autóctonos de los fiordos del sur de Chile, desequilibrando los ecosistemas, además, se debe considerar la alta concentración de desechos orgánicos e inorgánicos que contaminan el fondo marino.


Profundizando lo anterior, la salmonicultura es una actividad privada con fines comerciales, es decir de lucro, que para su desarrollo requiere del desarrollo de actividades que presentan diversos impactos ambientales conocidos que afectan a los ecosistemas y especies nativas, tales como7:


  1. Se ha observado que sitios con cultivos de salmón pueden reducir hasta en un 50% la biodiversidad que habita en el sustrato marino cercano a los centros de cultivo. Hay 2 causas que explican este impacto: sobre carga de materia orgánica (nitrógeno y fósforo) y disminución del oxígeno en el sustrato marino.8

  2. Mayor frecuencia de floraciones de algas nocivas por la incorporación de gran cantidad de nitrógeno en la columna de agua proveniente desde centros de cultivo de salmón.9

  3. Los salmones de cultivo han impactado la fauna nativa de lagos y ríos del sur de Chile. Se estima que los salmones se alimentan de insectos, crustáceos, moluscos, y al menos el 15 % del contenido estomacal son peces endémicos de Chile.10 Este punto es muy importante, por que generalmente sólo se consideran los impactos en los ecosistemas marinos. Sin embargo, los impactos son muy significativos en los ecosistemas dulceacuícolas, debido a los ciclos de vida de los peces anádromos (ej. salmón del atlántico, coho, chinook), los cuales pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero migran a los ríos para poner sus huevos (desove) y criar.

  4. El aumento de la basura marina flotante en los canales y fiordos patagónicos está correlacionado con la presencia de cultivos de salmones.11 La abundancia de plástico puede alcanzar desde 250 ítems diferentes de plástico por kilómetro. El 80% de la basura flotante es poliestireno expandido que es intensamente ocupado en la industria del salmón.

  5. Probablemente, el efecto más grande de la salmonicultura es la emisión de nitrógeno y fósforo disuelto. Se estima que 35-78 Kg de nitrógeno y 6-13 Kg de fósforo llegan al ambiente marino por cada tonelada de salmón cosechado en el área de cultivo.12

  6. Se estima que más de 1 millón de salmónidos escapan cada año de las granjas marinas, principalmente debido al clima.

  7. Los escapes representan efectos magnificados para los ecosistemas y las especies marinas, ya que su efecto es amplificado hacia sectores en donde no se encuentran las jaulas (potencial para establecer poblaciones naturalizadas autosostenidas).

  8. Los principales efectos ecológicos de los fugitivos están relacionados con los efectos predatorios a corto plazo sobre los peces nativos y otras especies marinas tales como crustáceos, decápodos (como la centolla), etc..

  9. Los efectos de largo plazo se relacionan con la probabilidad establecer poblaciones autosostenibles y la posibilidad de transferencia de enfermedades y patógenos a la fauna nativa en ecosistemas marinos y dulceacuícolas.


Así, durante los últimos años, especialmente a partir de 2007, la viabilidad del sector salmonicultor como polo de desarrollo para el sur de Chile ha quedado en entredicho por una serie de eventos de carácter ambiental y social. La alta densidad de salmones en las jaulas de cultivo, el vertimiento de pellets al mar, los desechos orgánicos de los salmones y la gran cantidad de antibióticos que se les suministra, genera en el ambiente un desequilibrio que afecta...

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