Modelo y animadora de televisión
-Tenía dos. Uno era la Negra, obvio, soy muy alemana. Y el otro: Mario Bross, que tiene dos significados. El decente, que era por los bigotes que tenía, y el indecente, que me lo dijo Carola de Moras. Lo dejo a la imaginación.
-¿Qué recuerdo retorna a su cabeza cuando piensa en sus padres?
-Ir a pescar todos los fines de semana al río Pescado, camino a Ensenada. Me obligaban. Yo quería hacer otras cosas. Mi papá nos hablaba de la trucha arcoíris y yo ya me quería venir a Santiago.
-¿Cuándo fue la última vez que pegó un combo?
-A un periodista en el vip de Primer plano. Me lo sacaron, sino lo hubiera reventado. Dijo que mi madre tenía un dudoso oficio y por eso yo no la presentaba en público y no hablaba de ella.
-¿La peor metida de pata?
-Cuando casi quemé la casa de Puerto Varas.
Se había muerto nuestro perro y para que se fuera en paz, no encontré nada mejor que poner una vela dentro de su casita con unos santitos abajo. Tenía 7-8 años. Al final se quemó la casa del perro, un árbol y la mitad de la casa de mis papás. Me sacaron la cresta.
-Mencione el peor rechazo amoroso que sufrió.
-El último que tuve, con un argentino, lo encontré bastante chanta. He estado pocas veces enamorada. La verdad lloro un rato y después se me olvida. Cuando niña no sufría, los besaba a todos, era medio suelta. Más bien hice sufrir. Fui vaca.
-¿Cuál ha sido su mayor vergüenza?
-Es que soy tan adicta al ridículo. Me río tanto de mis estupideces. Lo que sí me dio vergüenza un tiempo fue lo que pasó con Manuel (Neira) y las joyas (en 2005 el futbolista compró joyas robadas). Y tenía que explicar a todo el mundo que yo no había robado nada.
-¿Qué medicamentos guarda en su velador?
-No tomo remedios ni para el dolor de cabeza. Tomé tantas cosas para bajar de peso; anfetaminas, sibutramina, me he operado cien mil veces, y nada funciona. Tengo tendencia a engordar. Cuando estoy comiendo siempre estoy pensando en qué voy a comer más rato.
-¿Qué fantasía sexual tiene pendiente?
-No soy muy de eso. Me gusta vestirme de cualquier cosa, no tengo drama. No me voy a enterrar esos fierros para colgarme y que me hagan el amor. No me gusta el sadomasoquismo, pero no soy para nada cartucha.
-¿Está conforme con su anatomía?
-Me encanta mi cara, que es lo único que no he intervenido. Y de cuerpo, si no me gusta algo, me saco, me pongo, me opero. Es que no me gusta ir...
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