La mitad de los papás chilenos se toma el tiempo para conversar regularmente con sus hijos
De vuelta a su casa, la conversación también fluye. Mientras que con los dos menores -todavía cursando educación básica- un tema puede ser cuáles son los ramos que más disfrutan, con las mayores los tópicos a tratar incluyen los peligros del alcohol o las drogas, algo que ellas ya empiezan a notar entre sus compañeros de 1° a 3° medio.
"Hubo un día en que con otros papás nos pusimos a hablar y una señora bajó la mirada. Más tarde nos contó que su hijo sufría de cirrosis y que un copete más lo terminaría matando", comenta sobre uno de los encuentros que tuvo con otros apoderados de la comuna. Venían de otros 10 colegios y todos formaban parte de los talleres del programa Aprender en Familia, que desde 2010 organiza la Fundación CAP. La iniciativa busca fomentar las alianzas entre la casa y el colegio bajo la convicción de que la familia es una pieza clave en el aprendizaje.
A fines del año pasado, el programa mostró que aquellos niños con apoderados comprometidos no solo iniciaban menos peleas y tenían más tendencia a invitar amigos a su casa, sino que además presentaban un incremento por sobre el grupo control de 9,8 y 7,5 puntos en la prueba Simce de Lenguaje para 4° básico.
"La participación y apoyo de los apoderados en el ámbito escolar es esencial para mejorar la calidad de la educación que están recibiendo nuestros estudiantes. Así concuerdan diversas investigaciones y estudios que destacan al involucramiento familiar en la educación como un factor determinante en los logros académicos, además de impactar positivamente en temas de convivencia escolar, actitud y motivación de los niños frente a su educación", indica Ruth Navarrete, directora ejecutiva de Fundación CAP.
Balances
El último de los estudios en acentuar estos beneficios es la prueba PISA, medición a la que se sometieron jóvenes de 15 años en 72 países, Chile incluido. De ese total, 18 naciones -entre ellas nuestro país- también hicieron cuestionarios para los apoderados de esos alumnos.
Entre los datos recopilados, destaca que los estudiantes de papás que manifestaron pasar el rato conversando con sus hijos una o más veces a la semana, comiendo al menos una comida al día en la misma mesa que ellos, o discutiendo cómo había estado la jornada escolar, sentían niveles de satisfacción con su vida hasta 62% más altos que aquellos niños sin esas costumbres.
"Los niños que están regularmente hablando con sus papás también muestran mejores resultados académicos -la diferencia es...
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