Miserias y gestos de la intelectualidad alemana ante el nazismo - 3 de Mayo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 568422498

Miserias y gestos de la intelectualidad alemana ante el nazismo

Al principio, la mayoría restó importancia a la capacidad de acción de los nazis. Intelectuales socialdemócratas y comunistas estaban persuadidos de que la inminente revolución convertiría el gobierno de aquel loco vociferante en una anécdota histórica. Cuando advirtieron el error, ya era tarde. Pronto empezaron las quemas de libros, las detenciones masivas y la aniquilación sistemática de la disidencia.

No faltaron nombres conocidos que pusieran su pluma al servicio de la propaganda oficial, secundando con convicción o por oportunismo los ideales que proporcionaban sustancia ideológica a aquel régimen terrorífico. Otros decidieron o bien callar, o bien mostrar algún tipo de resistencia.

Sin embargo, no fueron pocos los intelectuales y artistas que mostraron su adhesión al régimen tiránico. Tal es el caso del médico y poeta Gottfried Benn, uno de los que alzaron la voz para saludar la llegada del nuevo Estado y arremeter contra los escritores del exilio. Él mismo caería posteriormente en desgracia, al punto de serle impuesta en 1938 la prohibición de publicar.

La implicación del filósofo Martin Heidegger en el proyecto nacionalsocialista está fuera de duda. Nombrado rector de la Universidad de Friburgo en la primavera de 1933, a partir del año siguiente y presentada la dimisión, adoptó una postura cautelosa, retirándose a un segundo plano. Pagó, no obstante, hasta el final la cuota de militante del partido.

El dramaturgo Gerhart Hauptmann, una celebridad nacional (había recibido el Nobel en 1912), firmó una declaración de lealtad al régimen, con el cual contemporizó sin dejarse absorber por él. Su caso guarda parecido con el de Ernst Jünger, escritor nada sospechoso de izquierdismo. Las autoridades nazis trataron con insistencia de ganarlo para su causa, pero él prefirió llevar una vida retirada antes del estallido de la guerra, en la que participó con grado de capitán de la Wehrmacht.

Los exiliados

Las figuras más relevantes de la literatura alemana optaron por el exilio. Hay cálculos aproximados que cifran en 1.500 el número de autores, entre literatos y periodistas, que huyó de Alemania.

La desesperación, la imposibilidad de ejercer el oficio literario, la falta de ingresos y otros problemas asociados al destierro indujeron a más de uno al suicidio. Así el austríaco Stefan Zweig, que se quitó la vida en Brasil junto a su esposa; o Walter Benjamin en Portbou, por temor a ser extraditado; o el escritor Ernst Toller, que se ahorcó en 1939...

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