Miren, vean... - 12 de Octubre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 538616434

Miren, vean...

Cierto sociólogo francés de campanillas solía visitar esta urbe mapochina con su mujer chilena, para que esta aspirara una vez más el smog de su juventud. Invitado por la muchedumbre de parientes, se le administraba, sin excepción, "palta reina" (Eduardo I, en sus tiempos de candidato, contaba: "Me fui de palta reina desde Nos a Puerto Montt"), y, luego, un despiadado "tratamiento" de mariscos. En cierto agasajo se le embutió un plato de almejas gordas como ojos de buey, flotando en detestable "salsa verde", que no es ni verde ni salsa, sino sopa fría de cebolla cruda. La víctima daba vueltas en la boca esas creaturas semivivas, sin valor para reventarlas con las muelas y terminar el suplicio de una vez. No es para descrita la cantidad de empanadas y de atosigante pan amasado que se le hacía tragar.

Por propia -y espontánea- confesión, admiraba los postres chilenos. Ignoramos si disfrutaba también empalagosidades como los "panqueques celestinos", cuyo dulzor inmisericorde es capaz de trizar dentaduras no habituadas, o esos pares de "merengones" de yeso azucarado, pegados con manjar blanco de consistencia asfaltosa. Los arcos superiores del acueducto de Segovia necesitarían, de seguro, reparaciones menos frecuentes si los romanos hubieran empleado en su construcción manjar blanco como el de esos "merengones".

Como fuere, de los postres podemos enorgullecernos. Personalmente preferimos los sencillos, preparados a la perfección, como una leche asada o una leche nevada. Si esta le parece demasiado infantil, ha de saber Ud. que también en París se la disfruta. Claro que allá la conocen con el...

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