De ministros y peones - 4 de Agosto de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 736047913

De ministros y peones

Sigo a Mariano José de Larra, periodista y escritor español, cuando dice en alguna de sus columnas firmadas como Fígaro, que hay en el mundo personas que se divierten como los sabios: con sus propios pensamientos.Añado algo mejor pensado y escrito, pero advierto que esos talentos no estuvieron en mi partida de nacimiento y menos en mi llegada, así que por respeto a Larra y para limpiar cualquier confusión vayan las comillas por delante y por detrás: "El hombre cree en la mujer, cree en la opinión, cree en la felicidad... !Qué sé yo lo que cree el hombre¡ Hasta en la verdad cree".Lo anterior no es más que un peón caminero, como diría mi admirado Fígaro, para abrir paso y seguir adelante con el único propósito de explicar los desarreglos y tropiezos de Gerardo Varela y José Ramón Valente, los ministros de Educación y Economía, que cuando no arden en las brasas por sus dichos, se fríen en aceite por sus palabras o se queman en efigie con las llamas.¿Por qué ellos y no otros?Porque ambos fueron columnistas y escribían a la semana o a la quincena y la tentación viene con lo pasajero y liviano del oficio: pasarse de listo y de listillo o de macuco y pícaro o de vidente e iluminado. Andar por las columnas como adelantado o heraldo o abanderado. Viendo lo que otros no ven, redactando muy sueltamente y recibiendo parabienes, sonrisas y muestras de contento.Aún se lo creen y por eso les ocurre lo que les ocurre.Lean a Larra:-Dígale usted al hombre que tiene talento. "Cierto", exclama en su interior. Dígale que es el primer ser del universo. "Seguro".Esos elogios son inevitables, y lo evitable -y aquí está el...

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