Ministra Silvana Donoso Ocampo y el caso Ámbar Cornejo: 'Yo tengo mi conciencia más que limpia'
S on las tres de la tarde de un día asoleado en Viña del Mar. Es la primera vez que la ministra de la Corte de Apelaciones de Valparaíso Silvana Donoso Ocampo accede a conversar en su casa sobre la acusación constitucional que trece diputados impulsaron en agosto de 2020, por notable abandono de deberes, una figura legal que consta en la Constitución. El asesinato, violación y descuartizamiento de Ámbar Cornejo, 16 años, a manos de Hugo Bustamante Pérez, un delincuente en libertad condicional, sucedido un mes antes, desviaron críticamente la atención hacia Donoso, la ministra que en 2016 presidía la comisión que le otorgó el beneficio carcelario a Bustamante, a pesar de que este tenía un prontuario que incluía dos crímenes de sangre.La opinión pública la enjuició duramente en redes sociales y tuvo que recurrir a la protección policial. En septiembre de 2020, la acusación constitucional contra Donoso fue acogida en la Cámara Baja y pasó al Senado, donde no prosperó. Este diciembre, y como corolario, Hugo Bustamante y su cómplice -madre de la víctima-, Denise Llanos, fueron condenados a presidio perpetuo calificado por la muerte de Ámbar.De los días de la acusación constitucional han pasado 15 meses.El edificio donde Silvana Donoso vive con el médico broncopulmonar Fernando Ovalle, padre de sus tres hijos, está en Montemar, a medio camino entre Viña del Mar y Concón. Es un piso 14 iluminado, con su oficina en una terraza cerrada que enfrenta el océano. Desde allí entrega hoy sus fallos judiciales y participa en instancias legales. También escribe: está a punto de lanzar su primera novela, "Te regalo mi silencio".La jueza es alta y de sonrisa afable, pero emite sus opiniones con seguridad. No titubea, no cavila y pesa cada palabra como en una balanza. Al recordar los hechos que la llevaron a ser enjuiciada en la Cámara Baja, Silvana Donoso se sitúa en el campo que mejor conoce, el de la ley. Dice que un juez no debe dar cabida a subjetividad, emotividad ni opinión: su única tarea es fallar en el respeto de la ley. Es lo que -subraya- ha hecho en sus casi siete años en la Corte de Apelaciones de Valparaíso y en sus tres décadas de carrera judicial. Por eso, si el crimen de Ámbar Cornejo fue una tragedia, a ella, como jueza que otorgó la libertad condicional cuatro años antes a su asesino, no le cabe más responsabilidad que la de haber cumplido con su deber de impartir justicia.-El mismo mes y año en que cumplió 65 -septiembre 2020- sufrió uno de los episodios más duros de su carrera. En lo personal, ¿cómo enfrentó su acusación constitucional? ¿Cuánto daño le hizo a su prestigio?-No es uno de los episodios más duros de mi carrera. Sobre la acusación constitucional sufro una dualidad: mi trabajo siempre lo he hecho con perspectiva de derechos humanos, creo que es el único mandato que tengo como juez. Que se me acuse de un crimen horrendo que cometió uno de los libertos de una de las...
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