Ministerio de Justicia remueve al director de Gendarmería debido a severa crisis interna
Eran cerca de las 21:00 horas, y Arce era notificado de su salida de la institución penitenciaria. Sus últimos 55 días en el cargo de director estuvieron marcados por una seguidilla de serios problemas: el primero se suscitó la tarde del 19 de mayo último, cuando recibió un oficio del entonces subdirector operativo, Freddy Larenas, que le informaba del "fuerte comentario" que corría entre el personal sobre el supuesto "abultamiento" de las pensiones de tres importantes funcionarios en retiro, las que habían sido objetadas por la Contraloría.
Arce tomó en cuenta las observaciones del informe y, al día siguiente, le pidió la renuncia al subdirector de administración y finanzas. Sin embargo, no quedó conforme con la vía usada por Larenas para comunicar el hecho, por lo que también le solicitó su salida.
A partir de ahí se empezaron a conocer las millonarias pensiones que habían recibido oficiales, suboficiales y funcionarios directivos de la entidad en los últimos años, lo que llevó a que el contralor general Jorge Bermúdez le pusiera un límite de 60 UF a las jubilaciones que estaban en trámite y, con ello, fijara la forma de calcularlas para el futuro.
Al quiebre que hace unos días le había generado el escrito con su alto mando, se sumaba la molestia de los gremios de suboficiales, técnicos y administrativos que suponían que las pensiones denunciadas afectarían las de ellos más adelante: "Se ha ido pesquisando en el último tiempo una mala distribución o mal uso de algunas asignaciones que podrían haber abultado jubilaciones en la planta de oficiales. Creemos que esto es bastante grave, y no debería ocurrir", afirmaba entonces el presidente del gremio de suboficiales y gendarmes, Joe González.
Así, Arce se convertía en el blanco de las críticas internas, aunque la situación de las jubilaciones se arrastraba desde las administraciones de los dos últimos ex directores.
La presión se volvería casi insostenible después de que se informara que Myriam Olate, una ex subdirectora técnica y esposa del presidente de la Cámara, Osvaldo Andrade, se había jubilado con un monto de $5,2 millones.
La indignación de la opinión pública, que criticaba abiertamente a los gendarmes en general, empeoró su relación con las asociaciones gremiales.
Y esta semana, al problema de las elevadas pensiones, se añadió el de las extensas licencias médicas solicitadas por los funcionarios. Esto, hizo que el Gobierno interviniera la institución, dejara a un civil como nuevo...
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