'Las mil y una noches' visto por las mujeres turcas
La protagonista, encarnada por la célebre actriz turca Bergüzar Korel es presentada como una joven arquitecta, viuda, madre de un hijo de cinco años que padece leucemia, y sin el dinero para costear la operación que le permitirá sobrevivir. Ella y su hijo son rechazados por la tradicional familia del padre, y solo su jefe accede a entregarle el dinero, pero a cambio de pasar una noche con él. Ese primer encuentro será el único que compartirán y, desde entonces, ella lo rechazará. Él, en cambio, cada noche se enamorará más.
"Las mil y una noches" en este relato televisivo moderno, no revive el tiempo que Sherezade se la pasó evitando nuevos femicidios, sino el lapso en que ella defiende su honor negándose a entregar su amor.
-Las mujeres hemos recorrido un largo camino desde los tiempos del sultanato -destaca Naciye Gökcen, embajadora de Turquía en Chile-. Desafortunadamente no tenemos igualdad de géneros entre hombres y mujeres, porque en ninguna parte del mundo la hay. Pero creo que en la sociedad de Turquía, desde que partió la república en 1923, se ha tratado de que no haya diferencia, y el derecho al voto dado a la mujer en 1924, antes que en cualquier país europeo, es una demostración.
Con poco más de 40 años, soltera, sin hijos y con una carrera diplomática que la ha hecho recorrer medio mundo antes de llegar aquí en octubre pasado, la embajadora es una buena muestra del avance de la mujer en su nación.
En su residencia de Providencia hay fotografías con parte de su historia familiar: sus abuelos vestidos de gala, su padre de uniforme delante de un avión militar y ella junto a sus dos hermanas; las tres son profesionales hoy. También adornan los muros los cuadros pintados por su madre, en los que se mezclan paisajes de su país y escenas históricas, como la de tres jóvenes mujeres en un harem.
Le digo que esas princesas recostadas en cojines, a la espera de su esposo, podrían haber sido ella y sus hermanas en una época anterior. Ella encoge los hombros, como si fuera una realidad muy difícil de imaginar.
-Mi madre siempre fue muy específica en que sus hijas tenían que tener una carrera, nunca quiso que nos casáramos muy jóvenes porque ella lo hizo -cuenta la embajadora-. Era inteligente y ambiciosa, pero tuvo que criar a sus hijas y las crió para ser profesionales. Así que avanzar no fue tan difícil para mí, porque tuve siempre apoyo familiar.
-La situación de la mujer turca ha cambiado, como ha cambiado en cualquier país occidental- reafirma Sarika...
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