Metamorfosis en Chile - 22 de Noviembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 827139961

Metamorfosis en Chile

En 2014, Michelle Bachelet, una socialista, llegó por segunda vez a la Presidencia de Chile con un programa de reformas radical de impuestos, educación y pensiones. También aspiraba a promulgar una nueva Constitución que garantizara "más equilibrio entre el Estado, el sector privado y la sociedad", como le dijo a este columnista mientras tomaba el té en el palacio presidencial de La Moneda. Argumentó que su "lucha contra la desigualdad" era una última oportunidad para lidiar con los descontentos que, si se descuidan, podrían empujar a Chile hacia el populismo.En ese momento parecía alarmista. Y varias de las reformas de Bachelet fueron mal diseñadas. Se enfrentaron a una oposición implacable de parte del empresariado y la derecha. Su posición pública se vio afectada por un escándalo relacionado con un préstamo bancario conseguido por su hijo. Pero en retrospectiva, la señora Bachelet estaba en lo correcto. Durante el último mes, debido a los descontentos que identificó, Chile se ha visto afectado por una conflagración social. Se han visto grandes protestas pacíficas, desórdenes salvajemente violentos y vigilancia policial dura.Un país diferente está listo para emerger. Chile heredó de la dictadura de Augusto Pinochet tanto una economía de mercado de rápido crecimiento como una "sociedad de mercado" de pensiones de pago, atención médica y educación. Bajo los gobiernos democráticos en los últimos 30 años, la provisión social se ha reformado gradualmente. Los chilenos son mucho menos pobres y sus ingresos son menos desiguales. Pero no es así como muchos de ellos lo ven. Las protestas son un grito por más redistribución y mejores servicios públicos.El sucesor de la señora Bachelet, Sebastián Piñera, un hombre de negocios multimillonario convertido en político de centroderecha, fue elegido con la promesa de impulsar el crecimiento económico al corregir sus reformas. Al carecer de una mayoría en el Congreso, hizo pocos progresos. Su manejo de las protestas ha sido errático. Después de que el metro de Santiago sufriera ataques incendiarios coordinados el mes pasado, declaró que Chile estaba "en guerra" y envió al Ejército a las calles. Para muchos chilenos, eso le quitó credibilidad a su posterior crítica de la policía que dejó seis muertos y unos 2.400 heridos, más de 200 con lesiones en los ojos. Casi 2.000 policías también resultaron heridos, pero ellos no pudieron evitar que se quemaran iglesias, supermercados y edificios públicos.Piñera...

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