Merkel inicia semana clave para formar gobierno y acabar con parálisis política en Alemania
"Llego a unas conversaciones que se abren con optimismo, aunque soy consciente del enorme trabajo que nos espera", declaró ayer la Mandataria en Berlín.
Las elecciones legislativas del 24 de septiembre, marcadas por un auge de la extrema derecha y un retroceso de los grandes partidos, no arrojaron ninguna mayoría clara en la Cámara de los Diputados.
La Canciller y su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), trataron en un primer momento de formar gobierno con liberales y verdes, pero no alcanzaron ningún acuerdo.
Y su única alternativa para evitar la repetición de los comicios es una nueva alianza con el Partido Socialdemócrata (SPD), con el que ha gobernado nueve de los doce años que lleva en el poder.
La presión no recae solo sobre la Mandataria. El popular diario Bild am Sonntag advirtió el sábado que el futuro de Schulz y del Primer Ministro bávaro, Horst Seehofer (aliado conservador de la Canciller y defensor de un giro a la derecha) también está en juego.
"Si esto termina mal, mi carrera política está acabada", dijo Schulz al diario. El ex líder del Parlamento Europeo ha recibido presiones que van desde el Presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier hasta el Jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, quien busca apoyo a los proyectos de reforma de la eurozona con un presupuesto propio y un ministro de Finanzas europeo, a lo que la CDU se ha mostrado escéptica. Los inversionistas también temen que un vacío de poder retrase las reformas en Alemania y en la Unión Europea.
Schulz adelantó ayer que dialogará con una actitud "constructiva y abierta". "No trazamos ninguna línea roja, pero queremos, de ser posible, muchas políticas rojas", dijo en referencia al color de los socialdemócratas. Pero algunos de sus correligionarios se han mostrado a favor de una cooperación menos estrecha con los demócratacristianos.
Es que los dos, el SPD y la CDU, chocan en temas que van desde las pensiones hasta políticas migratorias. Por ello, Schulz someterá al voto de los militantes socialdemócratas cualquier acuerdo que alcance con el bloque conservador (ver recuadro de fechas clave).
Mientras tanto, los conservadores de la Unión Socialcristiana (CSU) han alimentado las tensiones al pedir recortes de impuestos para quienes tengan sueldos altos y reivindicar el endurecimiento de la política de asilo e inmigración, a lo que el SPD se opone.
La CSU bávara enfrenta una elección en su bastión regional en otoño (boreal) y se arriesga a perder su mayoría frente...
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