Las memorias de María Inés Solimano
-¿Cómo ve usted la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado?María Inés Solimano, reconocida diseñadora nacional, dedicada por años a confeccionar ropa artesanal y a vestir a generaciones de novias con sus vestidos a crochet , señora de uno de los periodistas políticos más importantes de la historia de Chile, es severa en su crítica a la sociedad actual y a la izquierda chilena.-Me da un poco de vergüenza la mala conducta de la gente que era de izquierda antes. Se han portado muy mal. No sé cómo expresar eso. Dejaron de ser izquierdistas, porque apareció el dinero. Y la gente pobre entró al mundo del dinero, pero por el lado malo, porque antes la gente entraba a través de la cultura, leía, compraba libros.-¿Usted es crítica de los gobiernos de la Concertación?-Toda la culpa la tenemos nosotros. Si yo hubiera sido más inteligente, debería haber actuado políticamente. Lo hice, pero a nivel cultural; trabajé en el cambio del Museo de Bellas Artes, dirigí tres galerías de arte y siempre estuve en la cosa del tejido, de ayudar a la artesanía, pero no debimos haber permitido que se funaran los principios de la gente de izquierda.María Inés Solimano está en cama, habla lentamente y a veces no escucha bien. Pero la claridad con que recuerda sus 92 intensos años de vida y la agudeza convierten su relato en una biografía vertiginosa.-Me crie con Neruda en mi casa, me reí de él, lo odié, lo amé. Era cargoso -dice, mientras se acomoda unos cojines en la espalda y recuerda cómo era ser niña y estar con el vate, un hombre que valoraba poco a los niños y que tenía tal relación de amistad con su padre que solía llamarlo para encargarle que le comprara pescado solo porque tenía ganas de comerlo.-Neruda era muy regalón y era un cosista, le gustaba guardar cosas. Mi papá era todo lo contrario, pero él era feliz de llevarle en sus camiones a isla Negra los objetos que él quería, sobre todo, los mascarones de proa. Él se los llevó todos.Su padre, Manuel Solimano, un inmigrante italiano anarquista y dedicado a la venta de automóviles, también era amigo de José Donoso y del poeta Tomás Lago. La suya, dice, era una casa llena de vida, de libros y de música clásica. "Era un entorno intelectual muy rico y yo lo disfruté mucho".Pero no solo su padre era distinto: María Inés Solimano viene de un linaje de mujeres potentes. Su madre, Inés Roura, tuvo una participación activa en el MEMCH (Movimiento de Emancipación de la Mujer Chilena) y en los grupos que buscaban la aprobación del voto femenino en los años 30, y su abuela materna, Carolina, madre soltera de dos hijas, era muy liberal e independiente para la época. De estas dos mujeres, dice, aprendió que ella tenía los mismos derechos y deberes que...
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