Las memorias de Belisario - 21 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 743191593

Las memorias de Belisario

"Fui bautizado con tres nombres en homenaje a mis antepasados. Luis Antonio Belisario, aunque es el tercero el que he usado siempre, ya que así me llamaron desde niño, porque veían en mí a un continuador de mi padre. En mi adolescencia, mi nombre no me gustaba nada. Lo encontraba extraño, curioso, inusual."Y es que efectivamente lo era, excepto en la zona cordillerana de Curicó, donde hay varios. A pesar de que en mi juventud iba poco a fiestas, cuando lo hacía y sacaba a bailar a una joven, ella inexorablemente me pregunta mi nombre:-Belisario -respondía yo.-Beli, ¿cuánto? -me volvía a interrogar.-Belisario.-Ya."Sin embargo, después de los 18 años cambié de criterio y decidí que mi nombre sería una especie de marca, un sello de identidad que nunca modificaría. Además de recordar a mis antepasados, casi nadie olvida a alguien que se llama Belisario".Y ha sido su marca. Como el poderoso subsecretario del Interior de Aylwin y Frei; como miembro del grupo de los 13, en 1973, que firmaron la famosa carta contra el golpe de Estado, y como el ministro del Interior del primer gobierno de Bachelet, que renunció y dio una dura batalla perdida contra el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, por el Transantiago, episodio que revela por completo en su libro. También está su paso por "la oficina" y la infiltración del Frente, sus diferencias con ministros y personeros de gobierno. Escribe Belisario de su infancia colchagüina, de la Reforma Agraria de Frei -"se cometieron injusticias", dice-, de sus encuentros clandestinos con Miguel Enríquez cuando era director de la radio Balmaceda -por lejos el trabajo que lo hizo más feliz-, de su correspondencia con Patricio Aylwin, su enorme miedo al ser detenido por la DINA en José Domingo Cañas y varios sinsabores con compañeros de coalición a los que nombra.No se guarda nada."Tengo 82 años. Sé que no me queda mucho y este libro es mi vida", dice sentado en su luminosa oficina de la Torre Santa María, rodeado de fotos donde aparece su mujer Christiane; sus hijas, Marilú, Pilar y Ana María; su hijo Felipe, y los nietos. A un costado del escritorio hay apiladas varias cajas de plástico con tapa azul, donde tiene documentos que usó para escribir sus memorias. Una dice "Tompkins", al que le dedica un capítulo completo del libro.Belisario Velasco Baraona fue el primer miembro de la Concertación en cruzar la puerta del Palacio de la Moneda, prólogo que bautizó "Primer funcionario de la democracia"."El destartalado taxi que habíamos tomado en Alameda con Lastarria, en la entrada del comando presidencial de Patricio Aylwin, nos llevó a la puerta principal de La Moneda. Era poco antes de las tres de la tarde del 8 de marzo de 1990. Acudíamos a una reunión con el subsecretario del Interior del aún gobierno del general Pinochet, Gonzalo García Balmaceda. Me acompañaban el abogado Héctor Muñoz, quien sería mi jefe de gabinete, y la periodista Ximena Gattas, futura jefa de prensa. Al bajarnos, al taxi se le detuvo el motor. En sus esfuerzos por arrancar, el fuerte y bullicioso ronquido que emitía parecía anunciar un estallido. Con este ruido de fondo nos encaminábamos a la entrada de La Moneda. Además de los dos guardias de carabineros de rigor, había al menos tres Carabineros que miraban con desconfianza los esfuerzos del taxista por partir y, con mayor preocupación aún, nuestro intento de ingresar. Fuimos detenidos hasta el umbral de la puerta.-¿Dónde van? -me preguntó secamente un cabo de guardia.-Vamos a la oficina del subsecretario del Interior -contesté amablemente. Tenemos una...

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