La memoria del embajador - 16 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 645170145

La memoria del embajador

Huidobro, diplomático de carrera, ex embajador de Chile en Argentina y ex jefe de misión ante la ONU, tiene dificultades para caminar y algunos problemas de memoria, pero no ha olvidado su pasión por los boleros y comienza a cantarle uno a su esposa.

-Quiéreme mucho, dulce amor mío, que amante siempre te adoraré...

Francisca, a quien él y todos quienes la conocen llaman "Panchita", lo mira encantada y con una mente lúcida capaz de recordar cada detalle, cuenta:

-Nos conocimos en Lima, en el muelle del Callao. Pero no fue atracción inmediata, para nada. Es algo que vino tres años después.

-¿Primero desarrollaron una amistad?

-Mira tú, qué vamos a haber desarrollar una amistad, !imagínate¡ No, cada uno tenía su familia y yo estaba embarazada de mi tercer hijo. Años después, cuando lo bauticé, Ramón subió a mi pieza y me dijo: "A partir de ahora me voy a ocupar de ustedes". Yo dije: "Este gallo se tomó unos tragos" (risas).

-Pero cumplí con mi promesa -la interrumpe Ramón.

-Sí, hasta el día de hoy, maravillosamente -le responde Panchita, que pide ayuda para levantarse de la silla y sale a buscar una foto que quiere mostrar. Su marido mira, se encoje de hombros y dice que habrá que esperar a que ella vuelva para retomar la conversación. Solo, asegura, ya no puede:

-Ella es mi memoria.

Isabel Allende tenía 8 años cuando su madre volvió a emparejarse. Desde California, donde vive, dice que no le hacía ninguna gracia la llegada de un padrastro y en su novela Mi país inventado lo describe: "Entre muchos candidatos, mi madre escogió al más feo. Parecía un sapo verde, pero con el beso de amor se transformó en un príncipe, como en el cuento, y ahora puedo jurar que es guapo".

Ramón sonríe con esa cita y asegura que la relación entre ambos fue buena desde un principio:

-Isabelita dice cosas que no son. Y si fue así, nunca me di cuenta, porque era muy cariñosa y me ha distinguido toda su vida, de una manera u otra. Yo tenía otros hijos y ella fue querendona y dócil, sin que yo le hiciera sentir mi calidad de padre putativo. Tenemos una relación muy linda.

La ganadora del premio Nacional de Literatura insiste en que le tomó tiempo adaptarse a que su madre tuviera una nueva pareja:

-Confieso que al principio me cargaba, era muy celosa de mi madre, y me demoré años en apreciarlo. Fue mi hija Paula quien obró ese milagro. Tenía 2 años cuando fuimos a Ginebra y el tío Ramón la conoció. Se enamoraron al instante y ese amor duró hasta el último día consciente de Paula. Hasta hoy no se puede mencionar el nombre de mi hija sin que el tío Ramón se eche a llorar. Se adoraban. En la ternura de abuelo que tuvo por Paulita, su primera nieta, descubrí al padre, amigo, compinche y confidente que tengo hasta ahora.

A su padre biológico, Tomás Allende, no lo recuerda. Primo hermano de Salvador Allende, era miembro del cuerpo diplomático cuando se casó con Francisca Llona, en 1941. Ese año fue designado secretario de la Embajada de Chile en Lima y partieron juntos en barco. Allá...

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