Las mejores vistas de ROBINSON CRUSOE - 16 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 544011622

Las mejores vistas de ROBINSON CRUSOE

Otra buena idea (si el clima lo permite) es caminar el último día que esté en la isla: así llega al aeródromo para tomar el vuelo al continente y no debe embarcarse para volver al pueblo.

En cualquier caso, este trekking tarda cinco horas y media, aproximadamente, para cubrir 17 kilómetros. Para no llegar agotados y alivianar el primer tramo de subida hasta el Mirador de Selkirk llevamos el mínimo peso en la mochila: un box lunch, cortaviento impermeable, lentes de sol, factor solar y unos zapatos de trekking apropiados para el barro (en caso de que llueva). A las 8 de la mañana nos reunimos con el isleño Marcelo Schiller, quien nos guiará y nos entrega de inmediato un par de polainas para cubrir la parte baja del pantalón. Debido al extremo riesgo en que se encuentra la flora endémica de la isla (producto de especies invasoras como la zarzamora y el maqui), no podemos arriesgarnos a llevar semillas foráneas al sector alto, donde quedan unos pocos bosques libres de la plaga.

Partimos cruzando el portal del Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández en un sector muy erosionado y reforestado con pinos y eucaliptos, y a los pocos minutos encontramos el primer atractivo histórico: Piedra con Letras, un grabado que tiene la firma de un colono (Pedro Arredondo) de 1866, además del dibujo de un bacalao y de la Palma Chonta, endémica, de madera muy fina y de la que vemos algunos ejemplares en el filo de los cerros más altos.

Continuamos, y aparecen las matas de zarzamora, maqui y murtilla que no dejan crecer los primeros ejemplares del bosque endémico de Robinson Crusoe. Solo cuando nos acercamos al lecho de agua en el sector El Guindal, algunos helechos se aferran a la tierra y se abren paso frente a esas dulces invasoras.

Como es el único punto de agua en el camino, nos hidratamos y rellenamos las botellas a la sombra de una enorme hoja de nalca. Marcelo Schiller dice que esta especie, que viene del continente, evolucionó en la isla tomando rasgos arbóreos. Por eso es más alta, tiene un tronco más ancho y otro nombre: pangal.

Después de El Guindal, el sendero se sumerge en una vegetación frondosa. Aparece el bosque de altura originario de Robinson Crusoe: hay lumas, canelo, naranjillo, manzano. Nombres familiares en el continente, dice Schiller, pero que han tenido variaciones genéticas que las hacen ahora propias de la isla.

Queda la última media hora de mayor esfuerzo. Hay un primer punto donde podemos descansar (el mirador de La Virgen)...

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