Los mejores vinos de Alsacia - 10 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 523442498

Los mejores vinos de Alsacia

La bucólica panorámica desde el Kirchberg de Barr, uno de los Grand Cru de la Denominación de Origen Alsacia, hace difícil imaginar que en épocas pre jurásicas su paisaje haya sido moldeado por severos cataclismos. Así, producto del hundimiento del suelo, hoy se extiende hacia el este la llanura alsaciana, que es como un gran plano inclinado y fértil, dividido por la cuenca del río Rin. Tiene unos 30 kilómetros de ancho y, de norte a sur, unos 160 de largo, pero no es de mayor interés para el vino. Parte de esta llanura es compartida entre Francia y Alemania, y en ella se cultivan cereales, verduras y frutales. Robustas vacas de raza vosgienne que pastan aquí dan la leche usada en el Munster, queso de pasta blanda que es otro emblema local.

Donde la cosa se pone interesante para los amantes del vino es al oeste, en las primeras estribaciones de los Vosgos. Allí el terreno se arruga y eleva, y forma ondulantes colinas, algunas con pendientes de sorprendente inclinación. Las más apetecidas para el cultivo de la vid son las que se orientan hacia el este. O, mejor aún, hacia el sureste, donde las parras reciben los rayos de sol desde las primeras horas y se benefician de un mosaico de suelos no siempre fácil de comprender. Por eso, la explicación geológica de Vincent Stoeffler resulta fascinante y aclara por qué la vertiente oriental de esta cadena montañosa francesa conforma una paleta de colores que permite producir vinos de gran diversidad. Producto de esos accidentes geológicos remotos, y en espacios muy pequeños, los suelos pasan de calcáreos a graníticos o de pizarra. También se alternan las arenas grises con las rojizas y las arcillas de diferentes tipos, cada una de las cuales deja una impronta diferente en el vino. Se suma a ello la privilegiada situación geográfica de Alsacia: sin influencia oceánica, tien un clima semicontinental, con inviernos fríos, veranos soleados y cálidos, y una de las pluviometrías más bajas de Francia.

A esta región llegué no sólo por mi especial interés en la extraordinaria cepa Riesling, profusamente plantada aquí, sino para encontrarme con algunos viñateros que han contribuido a revalorizar los vinos alsacianos. Uno de estos vignerons, a quien conocía desde Chile, es André Ostertag, dueño del reconocido domaine que lleva su apellido en Epfig, también en Alsacia, y socio del fotógrafo Julio Donoso en viña Montsecano, en Las Dichas, valle de Casablanca.

Ostertag dice que no transa en dos cosas a la hora de...

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