La mejor temporada del HUMEDAL De MANTAGUA
El circuito lo organizan en Posada del Parque, que hace siete años funciona en lo que era el fundo del abuelo de Mónica Gastó, una de las dueñas actuales, que también sirve de acceso al humedal. La cabalgata parte del estacionamiento de la posada y sigue un camino vehicular hasta dar con el sendero al humedal que se alcanza a ver desde lejos (la ruta pasa por la caseta de observación Los Coipos, donde se pueden hacer los primeros avistamientos de aves costeras).
El humedal de Mantagua es uno de los más ricos de Chile en términos de biodiversidad ya que está muy poco intervenido. Y en un día normal se puede avistar al menos cincuenta especies, como el trabajador, la garza y el apetecido sietecolores. Pero esta cifra no se compara con la de verano, que puede llegar a 80.
Aunque el humedal tiene especies "residentes" todo el año, a partir de octubre es cuando empiezan a llegar aves migratorias desde América del Norte, que usan este sector como refugio para esquivar la temporada fría del hemisferio boreal. La gaviota de Franklin es el emblema de este fenómeno: viaja un mes desde Canadá y hace escalas en distintos humedales -en busca de alimento- hasta llegar al humedal de la Región de Valparaíso. Para observarlas, lo ideal es venir bien temprano o al atardecer.
Mientras avanzamos, hay algunas cosas más que aprender. Por ejemplo, que este humedal se alimenta de napas subterráneas y es salobre a la vez. Está conformado aproximadamente por 80 por ciento de agua dulce y 20 por ciento de salada, que viene de las marejadas costeras que a veces la alcanzan. Y es por eso que aquí se ven aves de ambos tipos de agua: dulce y salada.
El recorrido sigue cruzando el humedal: aunque la maniobra no toma más de un minuto, los caballos tienen dificultad para meterse. El agua es baja (apenas alcanza los estribos), y ya del otro lado se puede bordear el humedal hasta encontrar una abertura en la reja de alambre púa que protege el acceso. Entonces, nos alejamos de la posada en dirección al mar y de a poco el suelo empieza a cubrirse de arena hasta que es todo lo que se alcanza a ver, mientras la totora y los juncos dan paso a matorrales. Este es el segundo ecosistema que se puede conocer: chaparral esclerófilo bajo, lo que significa que aquí básicamente hay árboles bajos y de hojas duras como la doca, el bautio y el huingán.
Luego de pasar por una plantación de pino insigne -en una zona conocida como bosque rojo, donde pueden verse zorros chilla-, ingresamos al...
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