El mejor cineasta chileno desconocido
-Me gusta el riesgo -dice Alejandro Fernández, director chileno que acaba de ganar el Festival de Sundance (World Competition) con su tercer filme Matar a un hombre y que se ha presentado con éxito (ganó premio al Mejor Director) en la edición 54ª del Festival de Cine de Cartagena.
-Puedes escribir eso, que me gusta el riesgo -ríe, y en seguida hace un movimiento en falso, fingiendo una caída al vacío desde la baranda.
Con 39 años, la última película de Fernández es un tratado acerca de qué pasa dentro de la conciencia cuando se mata a un hombre. Influenciado por el iraní Abbas Kiarostami, este chileno ha depurado su estilo y búsqueda cinematográfica. En 2009 debutó con Huacho y logró competir en "La semana de la crítica" del Festival de Cannes con esta especie de Pulp fiction-por su estructura narrativa- sobre los campesinos pobres de Chile. En 2011 dirigió Sentados frente al fuego, acerca de un hombre que debe lidiar con la grave enfermedad de su esposa. Y ahora, con Matar a un hombre ofrece una discusión moral y estética sobre cómo uno se muere por dentro cuando mata a otro.
-Si yo me muriera en la caída, de seguro nadie se acordaría de mí. Nadie me conoce -comenta, manteniendo la risa. Huacho, que brilló en Cannes 2009, que costó un millón de euros, fue apenas vista en Chile por no más de 900 personas. Sentados frente al fuegose estrenó con discreta atención.
-Nadie me conoce. Y si me muriera acá, leerían mi pasaporte y dirían: "!Ah¡, se llama Alejandro Fernández", y me repatriarían a México -ríe, aludiendo al cantante de rancheras.
Una fábrica de quesos
Ahora Alejandro Fernández está en el patio principal de la Embajada de España en Cartagena, y hay una ronda de whisky para los invitados.
Rodeado de directores, actores, productores, cortometrajistas, Fernández puede llegar a intuir que es en los certámenes de cine donde sus películas tienen vida y son valoradas. Por ejemplo, Matar a un hombre ha sido alabada por la crítica, gracias a su argumento sobre un buen padre y esposo, el trabajador de clase media Jorge (Daniel Candia), quien decide asesinar El Kalule (Daniel Antivilo), un delincuente que amenaza a su familia. En medio del sofocante calor, Fernández habla de la anestesia impuesta en la TV y en las películas de Hollywood cuando se mata a alguien. Fácil, bonito e indoloro.
-Quise mostrar todo lo contrario, porque creo que no estamos hechos para matar a alguien, y que cuando se hace, se trata de crímenes muy torpes, muy poco...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba