Para un mejor 2015 - 21 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 549732814

Para un mejor 2015

Su Excelencia: Ud. aportó hace pocos días un ensayo a la edición anual de " The Economist ", el decano del liberalismo mundial. En él, Ud. enumera 42 hermosos objetivos, incluyendo el desarrollo económico, la sustentabilidad ambiental, una mejor democracia, la reducción de las desigualdades, el respeto a los derechos humanos, una mayor innovación y más inversión. Son 42 fines que persigue todo gobierno razonable de un país desarrollado o próximo a serlo. Refleja los sueños del 90% de las personas y de los partidos, excluyendo, por supuesto, al 10% que es fascista, comunista o fundamentalista religioso.

En su artículo, Ud. pinta un bello cuadro del paraíso terrenal. Lamentablemente, su ensayo omite señalar medida o política específica alguna sobre cómo alcanzar tan elevados fines.

Sin embargo, al cabo de un año de su segundo gobierno, las formas que Ud. ha elegido para alcanzar dichos objetivos últimos -los fines intermedios, las reformas y los cambios específicos en políticas públicas- dibujan un cuadro del Chile real que difiere radicalmente de su obra donada al Economist .

Destaco dos reformas emblemáticas, que reflejan una particular disociación entre objetivos loables e instrumentos malos: la reforma tributaria y la reforma educacional.

La reforma tributaria, aprobada sorprendentemente en forma casi unánime por el Congreso, busca y probablemente logre recaudar adicionalmente tres puntos porcentuales del PIB. Pero sabemos, con un alto grado de certeza, que los instrumentos tributarios que su gobierno eligió reducirán el ahorro, la inversión, el empleo y el crecimiento económico de Chile, sin cambiar mayormente la equidad tributaria. Su gobierno falló en darse el tiempo necesario para consultar a expertos y desarrollar estudios para evaluar distintas opciones tributarias. Existiendo alternativas muy superiores en diseño tributario y en recaudación; su ministro de Hacienda empujó a matacaballos la aprobación de una reforma ineficiente e inequitativa. Chile ya está pagando los costos de esta reforma.

El proyecto de reforma educacional, actualmente discutido en el Senado, tiene tres pilares principales, que son muy cuestionados: el fin al lucro, al copago y a cualquier tipo de selección en la educación subvencionada. Sin duda, este proyecto es plenamente congruente con el objetivo del ministro de Educación, quien pretende "bajar al competidor que corre con patines ... mientras el otro va descalzo". Pero Chile sabe -y lo saben especialmente...

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