En medio de una tormenta perfecta - 4 de Marzo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 704478945

En medio de una tormenta perfecta

Esa es la frase central en las últimas piezas publicitarias de Get Out, que Universal Pictures -el estudio que la distribuye- ha hecho circular en la recta final de la nueva entrega del Oscar. Estrenada en salas hace exactamente un año y hoy nominada a Mejor Película, Director, Actor y Guion original, la modesta cinta de terror ha ido cambiando dramáticamente su estrategia de comunicación: en 12 meses, pasó de ser una astuta relectura de las relaciones entre blancos y afroamericanos, a poco menos que un clásico del cine. La revista Esquire fue más allá y la calificó como "la mejor cinta jamás realizada acerca de la esclavitud".

¿Exageran?

Claro que exageran. Pero así funciona hoy la carrera por las estatuillas: ya no es solo un juego de poder, de lobby y de contactos que redunda en reconocimiento de los pares; en la última década y media, el Oscar y la Academia que lo entrega han girado crecientemente en torno a issues , movimientos, causas, abanderizaciones y -en especial desde el fiasco de #OscarSoWhite, en 2016- a una suerte de obsesión con el cuoteo; la necesidad de que todos los grupos de influencia estén representados en cada ceremonia, no vaya a ser cosa que uno quede olvidado y comience a gritar a través de los medios y las redes sociales acerca de su injusta marginación.

Este año, el asunto parece más sensible aun con un Hollywood atenazado con los escándalos de abuso y mal comportamiento sexual, surgidos tras la debacle del productor Harvey Weinstein -hasta el año pasado, un infaltable en cada entrega del premio- y cuyas consecuencias han generado ecos políticos, artísticos y morales para acusadores, acusados y más de algún tercero salpicado por una prensa que ha hecho su agosto en medio de la revoltura.

Viéndola con algo de distancia, de hecho, toda la experiencia semeja una historia de suspenso tan urgente como la evocada por Get Out y quizás aún más cinematográfica, sobre todo para nosotros, que por primera vez tenemos un largometraje que compite como favorito en medio de este drama. En lo que respecta a Una mujer fantástica -nuestra segunda nominada a Mejor Película Extranjera en cinco años-, es cosa de observar atentamente las señales que apuntan a su triunfo: la intensa campaña realizada por Sony Pictures Classics, el estudio que la distribuye en Estados Unidos; la forma en que este la priorizó por encima de un filme que es superior -Loveless, la cinta rusa-, pero que no se encuentra tan vinculado a la agenda de diversidad e inclusión que impulsa la Academia, y sobre todo, la pista esencial: la participación de Daniela Vega como la primera presentadora transexual en la historia de los Oscar. Lo de esta noche será un momento clave, único...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR