Las medidas para eliminar enfermedad respiratoria de los cerdos
Catorce años después, se repite la historia: en agosto de 2013 una nueva cepa es encontrada en un plantel industrial de la Región Metropolitana. Un balde de agua fría para la industria porcina y el país, ya que desde el año 2008 y después de una dura batalla, el virus había sido erradicado y Chile se había convertido en un ejemplo a seguir en el ámbito internacional, tras vencer a una enfermedad reconocida como muy difícil de controlar y de altísimo costo para la industria.
EL PRRS es una enfermedad de alto impacto económico porque afecta a hembras y camadas de lechones: se caracteriza por fallas en la reproducción de las cerdas con problemas como infertilidad, momificación fetal, abortos y crías débiles que a menudo mueren al nacer por trastornos respiratorios e infecciones secundarias. Los lechones y cerdos fallecen en etapas posteriores de crecimiento, debido a problemas respiratorios. El virus no afecta a otras especies, ni se transmite a las personas.
Por ello, tras detectarse la reaparición de la enfermedad, el SAG dio a conocer, en mayo, un programa para controlarla, que cuenta con una inversión de 800 millones de pesos, y que puso a brigadas a realizar una caracterización y pesquisar los puntos focales en los sitios de traspatio donde se habría detectado la enfermedad. Simultáneamente se comenzaron a aplicar medidas de bioseguridad para evitar que continúe avanzando.
Hoy se tiene claro que alrededor del 5% de las hembras catastradas a nivel nacional (14.600) está afectado, en tanto que el universo completo de cerdos que ha dado positivo (aún cuando no ha desarrollado síntomas) llega a los 290 mil. Se trata de animales que deben ser sacrificados, por lo que, como es una enfermedad que no afecta al ser humano, han entrado a proceso de faena. Esto como parte del proceso de control de la enfermedad que está aplicando el SAG.
Respecto de las reproductoras infectadas -que implican una mayor pérdida para las empresas-, el director nacional del SAG, Ángel Sartori, explica que en la primera fase de control de la enfermedad se adoptó como medida el sacrificio de los animales en los planteles afectados y, de acuerdo con ello, fueron sacrificados 6.578 animales en un sitio 1, es decir, un sitio dedicado a las maternidades.
Aproximadamente en noviembre habría un diagnóstico para pasar a la etapa de erradicación que, según el jefe de la División de Protección Pecuaria del SAG, Juan Enrique Moya, podría culminar con éxito en dos o tres años.
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