Maximiano Valdés: 'Las orquestas juveniles son una lección de democracia'
Desde 2008 es titular de la Sinfónica de Puerto Rico y desde 2010 director musical del Festival Casals.
El último disco que grabó para Naxos -un monográfico del puertorriqueño Roberto Sierra- está nominado para el Grammy. Y su agenda como director invitado no se detiene: acaba de dar un ciclo de conciertos con la Sinfónica de Israel en Tel Aviv. Asimismo, en abril fue invitado al Festival Beethoven de Varsovia para conducir la Sinfonía N° 4 de Penderecki y estrenar el Concierto para guitarra del polaco: "Fue una tremenda experiencia. Es un compositor extraordinario, y un honor poder dirigir sus obras. El Concierto para guitarra lo presentaremos con la Filarmónica durante la próxima temporada".
En el último tiempo, Valdés viene todos los años a dirigir a la Filarmónica, y también lo invitan frecuentemente a la Sinfónica de Chile y a la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI), entidad que lo eligió para su comité consultivo, que se constituyó hace cuatro meses.
-¿Le satisfacen los vínculos que tiene con la escena chilena, o tiene algo pendiente?
"Poder dirigir en mi país cada año es algo muy importante para mí, y me da mucha alegría poder formar parte del comité consultivo de la FOJI; contribuir a la formación de estos músicos me hace feliz. También me siento muy afortunado de poder dirigir a las orquestas mayores regularmente. Por ahora nada pendiente, Dios dirá".
Ya la primera vez que condujo a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (OSNJ), en 2011, destacó la importancia de que la FOJI persiga la excelencia artística y forme músicos profesionales. Para eso -aclara- "es indispensable contar con instructores profesionales, instrumentos de calidad y salas adecuadas para ensayos y conciertos".
-Ya en los años 80 usted trabajó en el "Sistema" de Venezuela. ¿Cómo cambia un joven que entra a tocar en una orquesta?
"Al integrar una orquesta, un joven se enfrenta a importantes experiencias. Aprende a escuchar antes de hablar, a coordinar su ejecución y a identificar las ideas prioritarias en la música y adaptarse a ellas; en otras palabras, a vivir la experiencia musical en todas sus facetas junto a sus compañeros, sin perder su individualidad. Las orquestas juveniles son una lección de democracia, y los jóvenes la aprenden".
-¿Es posible tocar música clásica (y aprender a tocarla) sin exigencia y disciplina?
"No, no es posible. El estudio de la música implica esfuerzo, constancia y rigor".
Talento juvenil
Maximiano Valdés llega a...
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