Matar en defensa propia: El comerciante que ha ultimado a cuatro ladrones
"He matado a cuatro", les dijo a sus conocidos. Su comentario no es a modo de victoria. Solo estaba dando cuenta de algo más bien dramático que le ha tocado vivir.
Jamás experimentó algo parecido en los 28 años que estuvo en la FACh, de donde se retiró en el 2000. Estaba en la Base Aérea Cerro Moreno, en Antofagasta, a cargo del área social. Distribuía 6 mil litros de combustible en el mes.
Ahora, después de 15 años a cargo de la bomba de Petrobras ubicada en Santa Rosa con la calle Varas Mena, la venta es de 6 mil litros en un día, en cada una de las seis máquinas distribuidoras de combustible y una de kerosene.
En algún lugar todavía guarda fotos de aquella vez, hace unos 10 años, cuando la propia Marlene Olivarí le entregó el premio por ser el mejor vendedor de un lubricante de Esso.
Allá por el año 2000, sus dos hijos estaban en la etapa de entrar a la universidad y él postulaba a un curso de Estado Mayor para general. No tenía ninguna posibilidad de vacante por cuatro años para ascender a coronel. El sueldo no le alcanzaba para los gastos que se le venían. Fue entonces que comenzó a pensar en emprender otros rumbos. La máquina distribuidora de combustible de Cerro Moreno inspiró a este ingeniero electrónico con posgrado en administración de empresas en la Universidad de Chile y analista de sistemas.
Dejó la FACh. Se convirtió en concesionario de Petrobras. Sus hijos se titularon en la universidad. La bomba de bencina de la que se hizo cargo hace 15 años es hoy una gran estación de servicio, con taller y tienda de venta no solo de artículos para vehículos, sino también de bebidas y otros productos. Y él tiene un departamento en el sector oriente.
Disparos certeros
El domingo pasado, a las 22 horas con 12 minutos y 58 segundos, estaba guardando sus cosas para retirarse cuando escuchó los gritos justo al lado de donde está la caja pagadora para el expendio de bencina.
Ese día había ido a trabajar, porque una cajera haitiana estaba con licencia médica y la otra se enfermó por el día y no había quién la reemplazara. Inició el turno a las tres de la tarde y lo entregó a las 10 de la noche. Hacía apenas 10 minutos que lo había hecho, cuando ocurrió lo que ya había vivido tantas otras veces.
La cajera entrante acababa de instalarse cuando tres hombres irrumpieron para asaltarla.
Las imágenes de las cámaras muestran, primero, a un vehículo intentando introducirse entre el auto del concesionario y otro vehículo. Luego, a dos clientes que van a...
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