Marzo - 22 de Febrero de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 840642428

Marzo

Basta mencionar marzo para que la conversación, hasta entonces relajada entre contertulios alegres que recuerdan el día de playa, la pesca de la tarde o que ríen recordando viejos tiempos compartidos, se torne crispada y el buen vino, que alegraba la noche, devenga agrio.Si entre los que reunidos hay de ambos bandos, las voces se alzan en acusaciones mutuas, como si los que, hasta allí compartían alegres, pasaran, los unos a los ojos de los otros, a ser responsables de toda la injusticia social que nos rodea, cómplices pasivos de las colusiones y los abusos, justificadores de las violaciones a los derechos humanos y enteramente insensibles al dolor de los oprimidos que, por fin, protestan para recuperar su dignidad. Mientras, los otros, dejan también de mirar a los unos como los buena onda que eran, para transformarse en los causantes o los cómplices de la violencia, de la recesión y la cesantía que se cierne y golpeará duramente a los más pobres; destructores de un orden económico, social, político y cultural que, con sus defectos, era el mejor de América Latina y prometía el desarrollo. Las posiciones neutrales tolerantes o comprensivas son acusadas de blandengues. Marzo obliga a tomar partido.Para unos y otros, la reyerta de marzo aparece como inevitable, dictaminada por dioses implacables, ante quienes no hay rogativa que atempere, ni santo que interceda.Se silencia como sigue una historia así, en caso de continuar su curso. Es cosa que marzo traiga la violencia que todos predicen y que unos atisban como los inevitables dolores de un parto, que, sin producir daños perecederos, alumbrará un futuro más justo; mientras, los otros la miran como sinónimo de destrucción del bienestar que había logrado construirse con tanto esfuerzo y que nos tenía a punto de saltar al desarrollo y terminar con la pobreza.Es cosa de que el estado que auguramos para marzo se verifique y prolongue para que los bandos adversarios se miren como enemigos, los enemigos se hagan irreconciliables y los irreconciliables se miren unos a otros como escoria humana. Con los enemigos que son escoria moral no vale la pena conversar, nada puede aprenderse de seres tan equivocados y despreciables; incapaces de ver la realidad como es o de valorar lo que debe ser valorado. Enemigos así deben ser vencidos, transformados o abatidos. Al final se negociará con ellos, como negocian los vencedores con los vencidos.Ese es el futuro cuando se mira marzo como se le mira. Sin hacerse...

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