Marxismo, dialéctica y materialismo - El marxismo y su significación jurídica - Marxismo y positivismo lógico. Sus dimensiones jurídicas - Libros y Revistas - VLEX 976305039

Marxismo, dialéctica y materialismo

AutorAntonio Hernández Gil
Cargo del AutorProfesor de la Universidad Complutense de Madrid (España)
Páginas15-32
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I
MARXISMO, DIALÉCTICA Y
MATERIALISMO
1. Dialéctica hegeliana y dialéctica marxista
El marxismo interesa desde el punto de vista de la losofía y de la
ciencia del derecho en dos aspectos fundamentales íntimamente unidos:
como impulsor de un signicado distinto y nuevo de la dialéctica, y como
doctrina explicativa —precisamente con o desde la dialéctica— del derecho
y su transformación.
El término «dialéctica» tiene una larga historia de signicaciones di-
versas y divergentes. «Comprobamos —se ha dicho— la exibilidad de la
dialéctica al constatar la existencia de un método continuado a lo largo de la
historia de la losofía»1. Más que la exibilidad se comprueba tal vez la am-
bigüedad. Bochenski realiza un gran esfuerzo de síntesis cuando registra,
antes de llegar a Marx, estos signicados: arte de discutir y metafísica, en
Platón; lógica de lo probable (en Aristóteles) y lógica general (en el Renaci-
miento); conjunto de conclusiones «naturales y engañosas», en Kant; y «la
naturaleza del pensamiento mismo» o bien «la única verdadera naturaleza
de las determinaciones inteligibles, de las cosas y de lo nito», en Hegel2.
Generalmente se piensa que el punto culminante del pensamiento y del mé-
todo dialécticos se encuentra en Hegel. Tal aseveración no puede erigirse,
sin embargo, en dogma concluyente. Acaso responda más a una difundida
interpretación de Hegel que a lo por él mismo sostenido. Un buen expositor
de Hegel, como es W. Kaufmann, pone particular empeño en demostrar
1 Así, F. vázquez, La dialéctica, método de la losofía, 1966, página 26.
2 Cfr. BocHenski, El materialismo dialéctico, trad. esp. de Drudis, Rialp, 3.ª ed.,
1966, pág. 153.
Antonio Hernández Gil
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que aquél no elaboró ni aplicó con rigor un método dialéctico3. Formula
armaciones —y negaciones— tan rotundas como estas: «Fitche fue quien
introdujo en la losofía alemana el triple paso de tesis, antítesis y síntesis
(empleando estos tres términos); y si bien Scheling adoptó tal terminología,
Hegel no lo hizo; no empleó ni una sola vez los tres términos justos para
designar tres estadios de ningún razonamiento ni exposición alguna de nin-
guno de sus libros. Tampoco nos ayudan a entender ni su Fenomenología ni
su Lógica, ni su losofía de la historia... Quienquiera busque en esta obra de
Hegel (parece aludir especialmente a la Fenomenología) el estereotipo de la
supuesta dialéctica hegeliana, no lo encontrará. Lo que sí podrá encontrar-
se... es una preferencia muy decidida por las agrupaciones triádicas... Mas
Hegel no presenta ni deduce todas estas múltiples triadas como si fueran
otras tantas tesis, antítesis y síntesis: su pensamiento no asciende por la
escala que lleva al saber absoluto valiéndose de dialéctica alguna de tal ín-
dole»4. Kaufmann, comprendiendo quizá el peligro de sus radicalizaciones,
distingue entre lo que podría ser la dialéctica como método estricto y como
concepción general. Rechaza el primero y admite la segunda. «Encontramos
[en Hegel] —dice— una visión del mundo, del hombre y de la historia que
hace hincapié en el desarrollo a través de conictos, en la capacidad matriz
de las pasiones humanas (que da lugar a resultados absolutamente impre-
meditados) y en la ironía de las inversiones repentinas. Si ha de llamarse a
ello una concepción del mundo dialéctica, en tal caso la losofía de Hegel
3 Cf r. kAufMAnn, Hegel, trad. esp. de Sánchez de Zavala, Alian za Editorial,
1968. Le parece e nfática la siguiente a rmación de Mc tAGGArt en su Com-
menta ry on Hegel ’s Logic: “El proceso dia léctico de la lógica es el único elemen-
to absolutamente esencial del si stema de Hegel: si lo aceptamos, y rechazáse-
mos to do lo demás que ha escrit o, tendrí amos un s istema  losóco...; p or otra
parte, si rechazásemos el proceso dia léctico que conduce a la idea absoluta,
todo el resto del sistema queda destr uido...”. Más conforme se muestra kAuf-
MAnn con la siguiente observación de findlAy: “Hegel, de hecho, utiliza con
escasa frecuencia los términos ‘tesis’, ‘antítesis’ y ‘síntesis’, que tan profusa-
mente se emplean en las exposiciones de su doctrina; mucho más caracterís-
ticos son de Fichte” (Cfr. págs. 234 y 235).
roBin BlAckBurn, Introducción a la cultura burguesa, en la revista cubana
“Pensamiento crítico”, noviembre -diciembre 1969 (págs. 3 y siguientes), re-
puta “extraña aseveración” (pág. 49) la de kAufMAnn, a la vez que elogia la
interpretación dada por MArcuse a la di aléctica de HeGel.
4 Ob. cit., págs. 225-226.

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