Marxismo y Derecho - Libros y Revistas - VLEX 976415053

Marxismo y Derecho

AutorWenceslao Roces
Páginas393-408
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MarxisMo y Derecho
marXismo Y derecHo*
Wenceslao Roces∗∗
Compañero Presidente del Tribunal Supremo de Cuba.
Compañeros Magistrados.
Señoras y señores, compañeros y amigos.
Es una gran satisfacción y un honor grande para mí verme hoy en-
tre vosotros aquí, en esto que antes con frase consagrada y un poco
trivial se llamaba el santuario de la justicia, y digo que antes, por aho-
ra la justicia y los santuarios están en medio de la plaza pública. Sa-
tisfacción acrecentada, acendrada, al ver entre estos muros judiciales,
comprobado una vez más entre tantas, el gran espectáculo y la gran
enseñanza de la hora de la gloria de Cuba.
La enseñanza grandiosa y el espectáculo insuperable de ver cómo
la justicia, lo mismo que la verdad y la belleza, en la Cuba de hoy, res-
catada para su pueblo por la Revolución y proyectada hacia la meta
luminosa, insuperable del Socialismo; cómo en esta Cuba vuestra y
nuestra, de todos los hombres libres y de todos los pueblos del mun-
do, los grandes valores han descendido de sus sitiales mentirosos para
Para iniciar el ciclo de charlas revolucionarias organizado por la Comisión de Cultura
del Tribunal Supremo, en cumplimiento del acuerdo de 21 de agosto del pasado año, de
su Sala de Gobierno, fue invitado el profesor Wenceslao Roces, eminente jurista, maestro
insuperable de la doctrina marxista-leninista y gran amigo y defensor de la Revolución
Cubana. En el salón de actos de dicho Tribunal, el día 27 de noviembre próximo pasado,
pronunció una hermosa conferencia sobre el tema “Marxismo y Derecho”, poniendo de
maniesto al nutrido auditorio, integrado en su gran mayoría por trabajadores de la ad-
ministración de justicia, su poderoso y lúcido entendimiento, la galanura de palabra, así
como su vida vertical al servicio de la cultura y de la humanidad doliente. Para deleite de
todos los que se interesan por conocer la teoría del derecho a la luz de la doctrina marx-
ista-leninista, publicamos en esta revista la versión taquigráca de la charla del profesor
Roces, aunque advertimos que éste no tuvo la oportunidad de corregir los errores que
hayan podido escaparse al recoger sus palabras. Por ello también damos nuestras excusas
al Profesor, en la seguridad de que él sabrá comprender nuestro gran interés en ofrecer a
nuestros lectores su magníco trabajo.
∗∗ Publicado en Revista cubana de Jurisprudencia, año 1, no. 1, Distribuidora Nacional de Pub-
licaciones, La Habana, enero de 1962, pp. 19-32.
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Wenceslao Roces
encarnarse en carne y en sangre de verdad, con lo único verdadero de
la historia, que son los pueblos, que es hoy en Cuba el pueblo cubano.
(Aplausos).
La justicia y sus sacerdotes han bajado de la Acrópolis a las calles
y a las plazas, a las fábricas y a los campos, y los viejos sacerdotes
de la justicia comprendiendo su misión, han desechado la orgullosa
toga para vestir la ropa del trabajador que administra justicia entre
trabajadores, y que en la hora presente sabe también vestir la blusa de
miliciano en defensa de la Revolución de Cuba. (Aplausos).
Pero no quisiera entrar todavía en tema sin decir unas palabras que
a la par que de obligado agradecimiento tendrán que ser también un
poquito de protesta contra ésta implícita contradicción de que en la
casa de la justicia se albergue todavía un poco de favoritismo y de ge-
nerosidad para deformar merecimientos inexistentes como los míos,
exaltando mi personalidad hasta términos que realmente rayan en lo
injusto y que serían intolerables si no estuvieran dictados por la gene-
rosidad como los que inspiraron la presentación de nuestro compañe-
ro y gran amigo Álvarez Tabío.
No creo que en una consideración serena y desapasionada pueda
apreciarse ni valorarse en mi persona ni en mi conducta –ya he tenido
otras ocasiones de señalarlo- más que dos aspectos que no son –pienso
yo- sino dos condiciones en nuestro tiempo de hombre bien nacido:
la de ser hijo leal de su pueblo, en mi caso, del pueblo español, y por
ello mismo hermano y servidor entrañable, incondicional, de la Revo-
lución y el pueblo cubanos. (Aplausos).
Quisiera yo, aun a riesgo de abusar de vuestra paciencia, de vuestra
indulgencia, analizar un poco a fondo, en su esencia, los problemas
de la concepción del derecho, vistos a la luz del marxismo, y hacerlo,
a ser posible huyendo de generalidades, sin caer en vaguedades, abs-
tracción, retóricas ni lugares comunes, que son siempre la negación
más agrantes del marxismo.
El marxismo, nuestra losofía, es por esencia y por denición una
doctrina siempre crítica y concreta que huye de lo general, de lo abs-
tracto, y que trata de enfocar las situaciones en los términos más con-
cretos de la realidad misma.
Grande, emocionante, palpitante, como algo que sale de la entraña
viva, es en la Cuba de hoy el interés por los problemas del marxis-
mo-leninismo. Es natural, se trata, y las fuerzas del pueblo lo compren-
den intuitivamente, del camino hacia la gran verdad de la Revolución.
La situación de clase en los obreros son los campesinos, la intuición
de la lucha en los pueblos conduce objetivamente hacia el marxismo.
Los pueblos en trance revolucionario, enfrentados hacia los grandes
problemas de su futuro y de su destino, buscan ansiosamente aquella

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