Marx puede esperar - 10 de Junio de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 934210977

Marx puede esperar

Este título es de lo más extraño en un cineasta como Marco Bellocchio, que siempre hizo profesión de fe de su filiación marxista y que hasta estuvo entre los fundadores de un partido maoísta en la Italia de los 60. La explicación se encuentra después de la mitad del metraje y forma parte de los aspectos más dolorosos de su relato.Hay que decir, sin embargo, que el marxismo fílmico de Bellocchio siempre ha estado mediado por la continua referencia a su propia familia, inequívocamente inscrita en la burguesía italiana. Su primera película, la celebrada Las manos en los bolsillos (1965), fue financiada por esa familia y filmada en gran parte en su propia casa. De allí que su tema recurrente fuera la rebelión contra la estructura familiar y contra los valores dominantes de la burguesía.Este inusual documental indaga en otro rincón de la familia, uno especialmente sombrío para el propio cineasta. En diciembre del 2016, Bellocchio invitó a sus cuatro hermanos vivos (otros tres ya habían muerto), además de hijos, sobrinos y nietos, a reunirse en un club de Piacenza para hablar de la historia familiar, un espacio dominado por una madre devotamente católica, conservadora y entrañable, a la que Bellochio le dedicó una de sus más bellas películas, La hora de la religión (2002).Los testimonios empiezan a concentrarse en uno de los hermanos, Camillo, gemelo del cineasta, que se suicidó en diciembre de 1968, un año antes de cumplir los 30. Al revés de Marco, Camillo fue un pobre estudiante, un joven sin brillo y un adulto sin vocación, que parecía...

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