Marx, el impostor - 11 de Septiembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 738251413

Marx, el impostor

Según el filósofo Antonio Escohotado, Marx no era más que un impostor, un fraude tanto a nivel humano como intelectual. Lo cierto es que a Marx, como a muchos de sus seguidores, jamás le interesó la verdad. Su propósito fue el de fabricar teorías y seleccionar hechos para avanzar una agenda política. En ese sentido, puede decirse que Marx fue mucho más una especie de profeta grandilocuente que un estudioso, un filósofo o un académico, a pesar de que él, con una deshonestidad intelectual que exasperaría a Karl Jaspers, reclamara a los cuatro vientos que sus teorías eran "científicas".Fiel al fraude intelectual que encarnó, fue el insulto, como explicaría Ludwig von Mises, la estrategia predilecta de Marx para lidiar con sus oponentes, de cuyos argumentos, al igual que Engels, jamás se haría cargo. En cuanto a sus motivaciones, no cabe duda de que Marx era un ser repleto de odio y de desprecio por la humanidad, lo que se reflejó en sus primeros escritos consistentes en rabiosos poemas apocalípticos en los que llegaría a decir que "todo lo que existe debe perecer".Y es que Marx era un personaje fascinado con la violencia, disposición que definió no solo su personalidad agresiva e intolerante -su entorno cercano lo describía como un dictador-, sino toda su obra. A ella, explica Paul Johnson, Marx dio un sello escatológico y poético sumamente atractivo para sus seguidores radicales, quienes veían en el apocalipsis que auguró el profeta de Trier el paso previo a la construcción del paraíso sobre la tierra.Se equivocan, por lo tanto, aquellos que ven en Marx un pensador o un teórico original, pues este fue esencialmente un polemista asertivo y venenoso, portador de una verdad revelada que se dedicó a predicar religiosamente. Ello explica el que jamás haya podido escribir un libro extenso, siendo más bien el panfleto el arte que cultivó. "El Capital", por ejemplo, que no terminó y que ha sido criticado numerosas veces por lo confuso y mal escrito, es una colección de notas pegadas sin mayor coherencia.En su rol polemista, por cierto, Marx no dudó en plagiar ideas; de hecho, varias de sus frases más célebres, tales como: "!Trabajadores del mundo, uníos¡", "el proletariado no tiene más que sus cadenas que perder", "de cada cual de acuerdo a su capacidad, a cada quien según su necesidad" e incluso el concepto "dictadura del proletariado", entre otros, no fueron invención suya sino de otros intelectuales de quienes tomó prestado sin citar.Marx era...

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