Marinos y mujeres - 31 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 656539693

Marinos y mujeres

El ex comandante en jefe de la Armada, Jorge Arancibia, se sirvió del incidente para declarar que él se había opuesto al ingreso de mujeres a la Armada.

La reacción de Jorge Arancibia retrata, como si se tratara de un ejemplo de manual, el más obvio prejuicio de género: el problema, en opinión del ex comandante en jefe, no parece ser la conducta de esos marinos voyeuristas, sino haber incorporado a las mujeres, las víctimas del incidente, a la Armada. Las mujeres, entonces, a pesar de ser las víctimas de este espionaje, aparecerían en verdad como las causantes. Si ellas no hubieran estado allí -este es el increíble argumento de Arancibia- la invasión a la privacidad no habría ocurrido.

Es difícil encontrar un ejemplo mejor de lo que ocurre a las mujeres que, con toda razón, se quejan por estos días del acoso callejero, la conducta sexista, el abuso en las relaciones estudiantiles, el maltrato en las relaciones asimétricas, y el machismo que suele verlas como presas, objetivos a atrapar (o, según esos marinos, a espiar) y no como individuos cuya conducta es equivalente a la de cualquier otro, y cuya manera de vestirse, sentarse, hablar o comportarse no está animada por el anhelo de seducir, sino por su propio sentido de estar o situarse en el mundo.

El caso de la fragata Lynch es así un síntoma de uno de los problemas pendientes de la sociedad chilena: el trato igualitario entre los géneros.

No se trata, como a veces parece pretenderse, de disciplinar, mediante reglas similares a las del tránsito, el lenguaje, los gestos, las miradas y las distancias que deben mediar entre hombres y mujeres; tampoco de suprimir por decreto o mediante reglas jurídicas el a veces inevitable deseo o seducción -una regimentación semejante haría de la vida una pesadilla-, sino que se trata de asegurar a cada individuo que pueda llevar adelante su vida como le plazca y evitar que sea sometido a conductas o comportamientos en los que no consiente (Marilyn Monroe puso de manifiesto el verdadero problema que hay que enfrentar cuando le dijo a Capote: Tú no sabes lo que una mujer está obligada a hacer sin su consentimiento, su auténtico consentimiento interior).

Lo que vale para las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR