MARÍA IZQUIERDO 'Me queda poca ansiedad' - 9 de Junio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 573203690

MARÍA IZQUIERDO 'Me queda poca ansiedad'

A los 54 años, María Izquierdo se ve bien distinta a la que fue: una actriz omnipresente y reconocida por su carrera en teatro, cine y TV; una madre primero casada y luego separada del también actor y director Willy Semler; una jefa de hogar buscando proyectos para solventar el diario vivir y una mujer en búsqueda de un nuevo amor.

Retoma su reflexión:

-Podría morirme feliz. Y no es una pose. Mis hijos están grandes, acá les tengo un patrimonio -dice alargando la mirada por los amplios ventanales de su casa hacia un jardín verde, florido y con dos remolinos de papel gigantes-. Yo amo la vida, pero, como te digo, siento que de alguna manera cada momento de la vida, de la casa, de la pega o de las relaciones, son rayas en el agua y las disfruto en esa medida... Solo por lo que son. Como que ya no tengo proyección. No pretendo hacerme propaganda con esto, para nada. Pero es solo un estado de absoluto desapego que siento que logré. Incluso había pensado irme al norte, había pensado que no iba a actuar más... Podía ser.

Pero no fue.

Hace cuatro años María Izquierdo se había vuelto a enamorar, había iniciado una relación a distancia que la tenía yendo y viniendo a San Pedro de Atacama, y hasta un terreno se alcanzó a comprar allá.

-Pero en la puerta del horno se quema el pan -dice con humor feroz-. Estaba motivada para hacerme una casita, mis hijos soñaban con tener allá un estudio de música. Pero no resultó, se fundió, y me quedé acá, bien guardadita. Y parece que la gente creyó que me fui porque no tuve pegas por harto rato, salvo excepciones. Y la cuestión es que nunca me fui, me quedé acá, bien guardada y laboralmente bastante en silencio. Y eso me sirvió. Me puse a escribir como loca, y me gustó no trabajar tanto, fíjate. Podía estar sola pero acompañada. Iba a la casa de mis hermanos y estaba con mis sobrinos, con mis sobrinos nietos, mi mamá venía para acá. Fue todo muy familiar.

-Y ahí dejó de proyectar.

-Sí. Fue duro el no irme al norte, pero fue trascendental también. Como que hubo un antes y un después. Después de eso como que todo el mundo personal y de amistades, de relaciones, todo cambió de color. Y también en lo laboral.

-¿De qué color era y de qué color se tiñó?

-Digamos que pintaba mucho más, que ponía mucho más color e ilusión en las cosas, en las personas. Hoy creo que estoy más receptiva porque veo mejor lo que hay y lo que no hay. Me queda poca ansiedad. Ahora, si voy a trabajar, soy bien selectiva en lo que voy a hacer. Hoy no me hace feliz pasar todo el día en un canal grabando una teleserie. Con mi pareja actual, que es artista integral, que vivió 38 años en Europa y es genial, escribí una serie de TV que hemos postulado al Consejo de TV, pero no ha salido aún. No ha salido, pero algún día saldrá. Sin ansiedad.

-¿Cómo se logra eso?

-La edad, creo yo. Los porrazos enseñan mucho, más cuando llega el momento de que ya no tienes responsabilidades con otras personas tan directas, como los hijos, entonces el porrazo te revienta en la cara. Nada te distrae del dolor, tienes que meterte a fondo en él, porque no hay otra cosa. Cuando tienes hijos chicos, tienes responsabilidades, tienes que financiar la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR