Las máquinas avanzan en imitar los cinco sentidos del hombre
En un principio, explica Vallejos, se puso a prueba la inteligencia de las máquinas en cosas que para la mayoría resultan complicadas, como el ajedrez o hacer cálculos complejos. "Para eso las máquinas son espectaculares, pero no lo son para distinguir un caballo de un perro, sobre todo en ambientes no controlados", dice.
Por ejemplo, para emular el sentido de la vista existen cámaras que superan al ojo humano. El problema surge al interpretar esas imágenes, ya que la información es demasiada y los computadores la analizan pixel por pixel.
"El cerebro hace un trabajo increíble agregando contexto", aclara Vallejos. "Para una persona es fácil determinar que lo que ve es una silla, pero para un computador no lo es porque existen miles de formas y colores distintos para algo que puede llamarse silla".
Aún tomando en cuenta esas complejidades, hay desarrollos notables en ese sentido. Uno son los ya mencionados sistemas de conducción autónoma. "El tema de identificar las calles, esquinas y distintas rutas ya está prácticamente resuelto. Y se trabaja en cosas más complejas, como que el auto 'mire' su entorno y al interpretarlo sepa que está cerca del Paseo Ahumada", ejemplifica.
La vista es quizás uno de los sentidos más desarrollados por las máquinas. Sistemas de seguridad que se utilizan en aeropuertos y en varios estadios del mundo, ya pueden reconocer el rostro de personas, sin necesidad de que se detengan, solo es necesario grabarlos con una cámara de buena resolución.
En la industria, la "visión de máquinas" se usa para el control de calidad y sacar de la línea de producción envases defectuosos, fruta de mal aspecto o una tira de medicamentos a los que le falta una gragea.
El olfato es otra de las áreas en las que se ha avanzado. Actualmente, existen las llamadas narices electrónicas, que captan y reconocen los compuestos orgánicos volátiles a través de sensores específicos. Ya se las usa para, por ejemplo, determinar la madurez de una fruta a partir de las sustancias químicas que expele, con un 92% de precisión.
Un grupo de investigadores agrupados en el proyecto europeo LCAOS creó una nariz electrónica que detecta de forma precoz el cáncer de pulmón a partir del aliento del paciente. "Este método se utiliza para identificar y cuantificar biomarcadores volátiles y reconocer los grupos de alto riesgo de cáncer de pulmón", explica José Torrecilla, profesor del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Complutense de Madrid.
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