A manotazo limpio - 28 de Mayo de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 932412556

A manotazo limpio

Al momento de cerrar esta columna, el filme ganador de la nueva versión del Festival de Cannes (que se daba a conocer ayer, sábado) todavía era un misterio; pero si acaso fue la película de Aki Kaurismaki (Hojas muertas), Tran Anh Hung (La pasión de Dodin Bouffant), Justine Triet (Anatomía de una caída) o alguna otra de la competencia oficial, dudo que su relevancia en el aquí y ahora pueda compararse a la expectación acumulada alrededor del verdadero evento audiovisual de este fin de semana: la emisión del último episodio de Succession, a través de HBO. Nada de lo que haya pasado en La Croisette tras la entrega de la Palma de Oro 2023 moverá las agujas del público masivo como lo que ocurrirá en unas cuantas horas con los hermanos Roy, en disputa hasta el último instante por el legado de su padre y el futuro de la transnacional familiar.Si bien existe pleno consenso acerca de la tremenda ventaja -tanto en términos de calidad como de influencia cultural- que algunos productos televisivos poseen respecto del cine de estos días, incluso para esos estándares lo de Succession luce desbordado: desde el debut de la cuarta temporada y en especial a partir de su tercer capítulo, cuya gran revelación (imposible de detallar aquí) es uno de esos hitos mediáticos que se producen muy de tarde en tarde, que la cobertura y las reacciones en torno a este desenlace han ido cobrando una densidad y un nivel de obsesión inédito en la era del streaming . Aparte de las ya habituales teorías sobre "qué ocurrirá en las escenas finales" o si acaso existe una sorpresa de último minuto, el grado de involucramiento generado entre personajes y audiencia ha sido tal que en este punto importa menos el destino de los primeros que el viaje emprendido por los últimos, paso a paso, episodio tras episodio, haciendo suyos y convirtiendo en reflejo de sí mismos los aciertos, caídas y confusiones de Kendall, Roman y Siobhan Roy, en sus repetidos intentos por validarse ante un patriarca que diseñó su imperio como un gran barco del cual es capitán, tripulación y único pasajero destinado a alcanzar puerto seguro.¿A título de qué esta fascinación por esos "pobres niños ricos", que complotan sin cesar, abusan de su poder y abordan helicópteros como quien se sube a un Uber, saltando de ciudad en ciudad, de país en país, sin jamás poder escapar de su burbuja/cárcel? La respuesta no está en el lujo exhibido ni en el dispendio...

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