La mala costumbre de borrarse del mapa - 31 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 641222901

La mala costumbre de borrarse del mapa

Acabar una relación de la noche a la mañana, cortando de improviso todo tipo de comunicación, no es nada nuevo. Sin embargo, en la época vertiginosa que vivimos, se ha transformado en una epidemia que recorre el mundo de los lazos amorosos, dejando estragos a su paso. El egoísmo, el individualismo y la falta de deferencia hacia los demás, ayudados por la tecnología, han convertido los vínculos en materia desechable. Así, en la actualidad, ya nadie se detiene en nadie por mucho tiempo.

Los americanos inventaron un nuevo término, ghosting, para describir a esta extendida práctica de poner fin a una relación amorosa. En español se traduce como volverse fantasma, esfumarse, desaparecer sin dejar rastro. Así, tal como lo oye. Se refieren al cierre repentino, completo y sin previo aviso de toda comunicación con quién, hasta ayer, era un asiduo acompañante amoroso o sexual. El objetivo es evitar el mal rato que implica una ruptura amorosa, soslayar cualquier aprieto y ahorrarse la incomodidad de ser testigo del dolor o la frustración del otro. Ya sea por vergüenza o por el alivio de verse rápidamente otra vez libres o por evitar el conflicto o por cómodos o por incautos o por inmaduros, los fantasmas cambian las reglas del juego sin previo aviso. Lo cierto es que esta mala costumbre de borrarse del mapa se extiende, día a día, como un virus sin antídoto. Es de esperar que no sea para quedarse.

Esfumarse de una relación amorosa es muy antiguo en la historia de la humanidad. Virgilio en su poema "La Eneida" relata cómo Eneas, extraviado durante siete años por una tormenta en su camino a fundar Roma, recala en Cartago, donde se enamora de su reina Dido. Sin embargo, en la mitad de la intensa pasión, los dioses le recuerdan su misión y debe partir. Sin atreverse a dar la cara en los asuntos del amor, este, en otras lides, valiente guerrero, alista sus naves durante la noche y se aleja de las orillas de Cartago sin despedirse de su amada. Al amanecer Dido ve con inmenso dolor a los barcos alejarse. Arma una pira con todas las pertenencias que Eneas ha dejado atrás, se prende fuego y se suicida con la espada que este le había regalado. Eneas desde su nave contempla el fuego que hace desaparecer su amor y a su amada.

La mayor diferencia entre el ghosting de Eneas y el de la actualidad es que, en el primero, Dido hace notar el agravio con bombos y platillos y el sufrimiento generado es tan excepcional, que amerita ser reconocido y relatado para la...

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