Magnitud del presupuesto - 20 de Noviembre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 228635658

Magnitud del presupuesto

Un primer elemento que destaca es su magnitud: el Gobierno contará con casi 54 mil millones de dólares para financiar las acciones que se realizan desde el Estado. Hace no mucho tiempo, en 1994, el valor nominal de toda la producción del país era similar a este monto. Gran parte de este gasto, casi 69 por ciento, está destinado a diversas iniciativas de carácter redistributivo y asistencial -educación, pensiones y salud se llevan el grueso del gasto social.

Los recursos adicionales son cuantiosos y están en el límite superior de un presupuesto razonable, dada la fuerte apreciación del peso respecto del dólar. De hecho, es válido preguntarse si en las actuales circunstancias no era mejor ir más rápido a la recuperación del balance estructural que el país perdió en el último tiempo. Por cierto, el próximo año la reconstrucción demandará importantes recursos públicos, pero aun así se podía avanzar más aceleradamente.

Un segundo elemento de interés es la gran inercia en el uso de los recursos públicos, que en parte refleja muchos de los proyectos que involucran gastos relevantes y que han sido el resultado de acuerdos transversales. Éstos, sin duda son uno de los grandes activos del país y le otorgan una saludable continuidad a las políticas públicas, pero también le restan espacio a un gobierno nuevo para marcar su impronta.

Tímida aparición del sello del nuevo gobierno

También requieren atención los importantes cambios en el presupuesto que muestran una preocupación seria por gestionar mejor los dineros públicos y asegurar un efecto elevado de los diversos programas. Un caso interesante es Corfo, para la cual el aporte fiscal se reducirá el próximo año en 360 mil millones de pesos, lo que se compensa con una mejor gestión de los recursos propios y una concentración de los gastos en garantías de créditos antes que en refinanciamiento de empresas pequeñas y medianas. Esos recursos se liberan y pueden ser invertidos en áreas de mayor rendimiento social sin reducir el apoyo a tales empresas, sino priorizando los instrumentos más apropiados.

En educación y salud también se observan cambios interesantes, que incluyen un ordenamiento más razonable de las distintas partidas presupuestarias. Esto debería llevar a un mejor ordenamiento de prioridades y a una reducción o eliminación de programas poco eficaces y a una profundización de otros que han probado serlo más. Preocupan algunos aumentos en los gastos en honorarios, sobre todo en educación, cuyo...

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