La magia del deporte - 13 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 543557390

La magia del deporte

"Mis papás querían que yo practicara algún deporte, porque era muy tímida. Querían que me relacionara con otros niños, aparte de los del colegio. Me llevaron a patín carrera, pero no me gustó mucho. Pero un vecino me prestaba sus patines de cuatro ruedas y yo sentía que era como un sueño. Íbamos a una plaza con piedrecillas y aunque casi no avanzaba nada, yo sentía que era lo máximo", recuerda.

Y así fue como partió su historia deportiva. Con patines prestados. "Estábamos de vacaciones en Rapel y una amiga de mi prima, que practicaba patinaje artístico, le dio la idea a mi mamá. Me llevaron al club Universidad de Chile para conocer; lo vi y me encantó. Era una cuestión mágica. No puedo describir muy bien la sensación, pero me sentía que estaba en otro lugar", asegura.

"Esa sensación ha ido mutando con los años, pero nunca he dejado de disfrutarlo. Siempre digo que primero hay que disfrutar lo que uno hace; lo demás viene por consecuencia. Y siempre hay que entregar el máximo esfuerzo, independiente del fruto que rinda", dice. Un lema que ha aplicado con éxito, tanto en los momentos felices como en los otros. Como cuando la operaron en 2010 de las caderas y estuvo un año fuera de las pistas. O cuando este año, antes del Mundial, le robaron en España las maletas con todos sus trajes de competencia.

Coraje y motivación le sobran. "Fui a dos Juegos Panamericanos y no logré podio. Y fue después de la operación, después de haber estado tanto tiempo alejada, cuando llegó mi revancha, en Guadalajara 2011, con una medalla de plata. Estaba muy, muy feliz", recuerda.

"Fue difícil pero salí adelante. Me preguntaba cómo iba a quedar después de la cirugía y si podría volver a patinar. Con mucha fe y gracias a mi familia y la gente que me apoya, pude salir adelante", agradece.

TODO UN EQUIPO

"Todo es difícil en mi deporte. Todo tiene su ciencia: los saltos, los trompos, la coreografía con todos sus elementos... Es un trabajo bien difícil, muy arduo. Como deportista, soy luchadora, muy constante, disciplinada", dice.

Pero lo de luchadora venía desde antes. Su mamá, Carmen Gloria Ulloa, nos cuenta que "en el colegio se portaba bien. Solo una vez me llamaron, para decirme 'no sé qué vamos a hacer con esta niñita. Ella es la defensora de todas las causas perdidas'... Y yo les dije, '¿para eso me llaman? Yo feliz que sea así, que defienda a los más débiles y se preocupe de la gente que necesita. No me llame más para esto'. Y es cierto, habría sido una...

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