La madurez del niño genio del diseño
Sí, 33.
La cruz era un homenaje a los mineros, víctimas de una tragedia bajo tierra, usando un edificio que fue escenario de otra tragedia a varios metros de altura. Fue la última fechoría de Sebastián Errázuriz (33), el artista y diseñador chileno. Hace algún tiempo se hizo conocido, fuera del circuito artístico, gracias a otros proyectos de arte público como poner una vaca en la punta de un edificio. Lleno de premios nacionales e internacionales, pasó en 2005 a ser el segundo diseñador latino vivo en ser vendido en Sotheby's, después de los hermanos Campana.
Lo suyo son juegos e ironías con la vida y la muerte, y también lo suyo son muebles, ropa y diseños originales, llenos de humor negro y que nunca pierden la utilidad.
Es viernes y es temprano, porque hay que reunirse antes de que Errázuriz vuelva, al día siguiente, a Nueva York, donde está radicado hace cuatro años. Allá vive en Fort Green, un barrio que, según un googleo rápido, es cada día más cool. No es extraño: Sebastián Errázuriz es un tipo con visión. Y es, también, un tipo con sentido de la moda, como bien lo demuestra el terno impecable en el que llega enfundado a la entrevista.
Tiene modales amables: es de los que se preocupan, haciendo un gesto técnico de protección con el brazo, cuando la dama cruza la calle. Dice pocos garabatos, y cuando lo hace, están muy bien utilizados. Habla por celular en un inglés de acento británico envidiable.
Es, también, un hombre con un ego del porte de la Torre Titanium. "No soy necesariamente un tipo humilde", dirá más adelante. En el mundo en el que se mueve Errázuriz, la falta de modestia y la ambición no son necesariamente cosas malas.
-Una vez me entrevistó la María Gracia Subercaseaux y me preguntó cuáles eran mis metas. Le dije que me interesaba estar en el MoMA (Museo de Arte Moderno) antes de los 40 años. Fue un poco un shock. Después de eso, Rafael Gumucio me invitó a un programa de radio para hacerme bolsa; nos peleamos fuerte. Me dijo, 'Qué te has creído, qué nivel de prepotencia es ese'. Por qué tiene que ser prepotente expresar si uno desea algo. Yo creo que una cosa es ser seguro de ti mismo, y lo otro es andarse quebrando -dice.
-Hoy tus cosas se venden en la tienda del MoMA...
-Sí -dice con una sonrisa -, pero a mí no me interesa la tienda. Me interesa ser parte de la colección permanente.
Sebastián es el mayor de cuatro hermanos. Todos hombres. Tiene tatuadas cuatro líneas en su brazo, una por cada uno. La madre, parvularia...
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