Madame Huici - 21 de Mayo de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 904890669

Madame Huici

"L e debo todo", dijo a Harper's Bazaar en 1938 el famoso decorador francés Jean-Michel Frank, reconocido por sus interiores minimalistas y refinados en los que primaban materiales de lujo, como mantarraya, pergamino, cuero, marfil y maderas nobles. La chilena Eugenia Huici de Errázuriz, a quien conoció en París recién finalizada la Primera Guerra Mundial, lo introdujo en los círculos de poder de la época y le enseñó la belleza del siglo XVIII, los secretos del floreciente modernismo y la riqueza sin excesos. Más de una década después, en 1954, el gran fotógrafo y modisto británico Cecil Beaton le dedicó un capítulo de su libro The Glass of Fashion , donde señala: "Madame Eugenia Errázuriz ha sido de tal influencia sobre el gusto en los últimos cincuenta años que toda la estética de la decoración de interiores moderna y muchos de los conceptos de simplicidad que hoy son ampliamente reconocidos pueden atribuírsele".Pero ¿quién fue esta mujer tan influyente, que con su inteligencia, belleza y estilo cautivó a la élite europea de fines del siglo XIX y principios del XX? Eugenia nació el 15 de noviembre de 1860 en Bolivia. Hija de Ildefonso Huici Peón, un próspero empresario minero cuya familia había emigrado en el siglo XVIII desde Pamplona, España, y de Manuela Argüedas Flor, llegó a Chile en 1865 junto con sus padres, quienes compraron la estancia La Calera, muy cerca de Valparaíso. Asistió al colegio de las Monjas Inglesas en Valparaíso y un par de años a un internado católico en Inglaterra. A su regreso, cuando tenía 18, se casó con José Tomás Errázuriz, un joven pintor y diplomático, heredero de una de las fortunas más importantes del país, a quien al poco andar y ya con tres pequeños hijos (Maximiliano, Carmen y María) convenció de radicarse en París, donde vivía su cuñada, Amalia Errázuriz, casada con el cónsul chileno Ramón Subercaseaux.Fue durante un verano en Venecia cuando Eugenia conoció al joven pintor estadounidense John Singer Sargent, considerado el retratista más exitoso de su generación, quien se fascinó con su belleza y no cesó de hacer esbozos al óleo de su rostro. Fue el inicio de una vida en íntima conexión con la élite intelectual y creativa, ya fuera en Londres, París o Madrid. Artistas como Giovanni Boldini, Paul Helleu, Jacques-Emile Blanche y Ambrose McEvoy la convirtieron en su musa y se encantaron con su espíritu generoso, al igual que los músicos...

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