Macri y Cristina definen sus proyectos en unas legislativas marcadas por el caso Maldonado
La violencia verbal de esta campaña tuvo su expresión física ayer en los piedrazos que rompieron las vitrinas de una tienda de ropa y un café cercanos a la Plaza de Mayo, los damnificados de la marcha convocada por partidos de izquierda y movimientos sociales por el joven encontrado el martes en el río Chubut y cuya autopsia determinó que no sufrió golpes.
Después de que en las primarias de agosto predominaran las propuestas, en esta segunda etapa cambió el tono, y los comandos de campaña pasaron al ataque en unos comicios en que se renovará parcialmente el Congreso (ver infografía).
La ex Presidenta Fernández, que compite por un cupo en el Senado en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más grande del país, acusó al gobierno de aumentar la pobreza y perjudicar a las clases más pobres con el aumento de tarifas básicas que Macri aplicó al inicio de su gobierno, en diciembre de 2015, para revertir la política de subvenciones del kirchnerismo (2003-2015).
Jorge Taiana, ex canciller y compañero de Fernández en la lista al Senado, dijo esta semana que era "inaceptable" que desde el gobierno, "llevado por una motivación política", no se garantice el normal desarrollo de los comicios, en alusión a las medidas anunciadas por Cambiemos ante las 2.800 llamadas anónimas de amenazas de bomba a escuelas en la provincia de Buenos Aires recibidas las últimas semanas.
Por el lado del gobierno insisten en que un triunfo de Cristina implica un retroceso en los avances de estos últimos dos años.
El analista político Ignacio Labaqui cree que tanto el gobierno como Cristina "juzgaron que el escenario de polarización era el que más los favorecía".
Por un lado, para el gobierno, Fernández representa la vuelta al pasado que "muchos votantes quieren evitar", y la polarización impide que electores que apoyaron a Cambiemos en 2015, y que "tal vez se decepcionaron por los ajustes de tarifas o la recesión del año pasado, se vuelquen hacia Sergio Massa", peronista disidente que quedó tercero en las primarias.
Para Cristina, "la moderación no rinde frutos". "Ella lo comprobó en la campaña para las primarias de agosto. Aconsejada por su principal estratega, apostó a mostrarse moderada y no logró perforar su techo electoral, y consiguió solo el apoyo de su núcleo duro de votantes. Ante eso, giró hacia el estilo agresivo que la caracterizó durante su presidencia, aunque en vista de su debilidad, aceptó conceder entrevistas a medios independientes", algo que...
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