Un lujo - 7 de Septiembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692860773

Un lujo

La música de cámara es la más pura de las expresiones musicales, dadas su falta de concesiones y la ausencia de espectáculo. Y dentro del género, el cuarteto de cuerdas está en la cúspide. Componer un cuarteto es un gran desafío; oír un cuarteto también es un reto para cualquier auditor, pues fuera de la música que debe sostenerse por sí sola, nada más ayuda a su disfrute y comprensión. Es pura abstracción.

¿Habrá un placer más grande para un violinista, un violista o un chelista que tocar en un cuarteto? Más allá de la calidad individual y los resultados, el solo hecho de que cuatro solistas decidan abordar un trabajo en común, "uno para todos, todos para uno", explica que en primer lugar es la satisfacción íntima de la ejecución lo que prima. Beethoven llegó a decir que sus últimos cuartetos no debían ejecutarse en público.

Es muy acertado comenzar un recital con Haydn, llamado "padre del cuarteto", pues se puede apreciar lo trascendental de su herencia. Confrontarlo con un cuarteto de Beethoven o Mendelssohn, permite apreciar cómo los "hijos" administraron el legado del padre. Haydn no solo legó sus procedimientos, afianzados en sus Opus 20 y 33, que dieron origen a un estilo "conversacional" en que los cuatro músicos intervienen en pie de igualdad, sino también la sucesión de afectos contrastantes y esquemas formales. En...

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