Lucho Gatica un músico universal - 18 de Noviembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 745943629

Lucho Gatica un músico universal

Sir Joseph Lockwood, presidente de EMI Odeon, que había trabajado en Chile cuando joven, regresó de visita al país a comienzos de 1960, cuando este sello era responsable de la cuarta parte de las ventas totales de discos en el mundo. Elogiando el consumo discográfico en Chile, pero lamentando que la música chilena no fuera conocida internacionalmente, Lockwood destacó un par de excepciones, pues dos de los artistas más vendedores de EMI eran chilenos: Claudio Arrau y Lucho Gatica.¿Cómo llegaba nuestro bolerista a tan alto sitial? Ya había pasado una década desde que Raúl Matas comenzara a apoyar su incipiente carrera, presentándolo en su debut en Radio Minería en 1950 y haciéndolo grabar con el trío Los Peregrinos el memorable bolero del cubano César Portillo de la Luz, "Contigo en la distancia". Todo esto bajo la atenta mirada de su hermano mayor Arturo, ya consagrado en el medio musical y cinematográfico nacional, que ejercía como su tutor artístico.Sin embargo, el impulso central de su carrera siempre lo obtuvo Lucho Gatica de sí mismo, utilizando todos los medios que estaban a su alcance para desarrollar y encauzar su talento según los requerimientos de la época. Es así como no escatimó recursos para estar siempre bien vestido, utilizando sus primeras ganancias en sastrerías y buenos trajes. Asimismo, invirtió sus ahorros en una grabadora de cinta magnética, nuevo invento que salía al mercado a fines de los años cuarenta a precios muy elevados. Con ella, Gatica grababa canciones de la radio que luego se aprendía de memoria, ampliando considerablemente su repertorio y, lo más importante, se grababa a sí mismo, puliendo una y otra vez su forma de cantar, la articulación de las palabras, su respiración y el manejo del volumen sonoro, logrando un canto natural, por paradójico que esto fuera, avanzando del cantar al decir.Es que el bolero nacido en Santiago de Cuba a fines del siglo XIX, había llegado a Ciudad de México en la década de 1920, desarrollándose en las manos del sofisticado pianista y compositor Agustín Lara y en las voces cultivadas de una serie de tenores y barítonos surgidos del conservatorio, como Pedro Vargas, Alfonso Ortiz Tirado y Juan Arvizu. Ellos encontraron en este género, con letras cercanas al modernismo de Rubén Darío, una oportunidad única para impulsar sus carreras hacia un mercado masivo. Es así como durante veinte años reinaron en América Latina cantantes líricos en la interpretación del bolero, con potentes...

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